Día de Muertos en México: qué es y cómo se celebra
Todo lo que querías saber acerca de la celebración del Día de Muertos. Por qué se realiza, qué significado tiene. También te decimos cuándo se lleva a cabo y, sobre todo, qué podemos ver y hacer durante esta fiesta.
Qué es el Día de Muertos
El Día de Muertos es la celebración mediante la cual los mexicanos rinden homenaje a los seres queridos que ya han fallecido.
Esto bajo la creencia popular es que las almas de los seres queridos que se fueron regresan de ultratumba.
Por ello, se les recibe con una ofrenda donde se coloca su comida y bebida favorita, fruta, calaveritas de dulce y demás afectos personales.
Se trata de un homenaje a la muerte, pero también una celebración por la vida que hay después de la muerte.
Uno de los festejos con mayor arraigo dentro de la cultura mexicana que tiene cabida en prácticamente todo el país.
Tradición que incluso ya ha sido catalogada como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco.
¿Cuándo se celebra el Día de Muertos?
De acuerdo con la tradición, existen diferentes fechas para la colocación de los altares.
Cosa que ocurre, en algunos lugares, a partir del 28 de octubre, día destinado a quienes fallecieron por algún accidente.
Después, el 29 se conmemora a los angelitos, es decir, niños que murieron sin recibir el bautismo y, por ello, están en el limbo.
El 30 se recuerda a las mujeres que murieron en parto, que fueron directamente al cielo y comparten el día con las personas de la tercera edad.
Para el 31 se pone ofrenda a los que fallecieron en circunstancias trágicas, como homicidios y atentados.
El 1 de noviembre es día de Todos los Santos, se celebra a los difuntos de mucho apego sin importar la edad.
Y finalmente, el 2 de noviembre, Día de Muertos o de los Fieles Difuntos sigue la convivencia entre vivos y muertos.
Origen del Día Muertos
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México se remontan a la época prehispánica.
Hay muestras de ello entre los vestigios de civilizaciones como la Azteca, Maya, Purépecha, Náhuatl y Totonaca.
En todas ellas, la idea que sostenía esta costumbre era la de acompañar a los difuntos en su camino al inframundo.
Y se hacía acercándoles esos objetos personales y esos platillos que tanto disfrutaban en vida.
Era común, también, conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
Una práctica que tenía lugar el noveno mes del calendario solar azteca (inicios de agosto), y era celebrada durante un mes completo.
Cuando los conquistadores españoles llegaron, movieron este ceremonial hasta noviembre, para que coincidiera con las festividades católicas. Es decir, con la conmemoración del Día de todos los Santos y Todas las Almas.
Fue a través de la evangelización que la tradición cambió, no sólo de fecha, sino en algunas de sus manifestaciones más exóticas. Las cuáles causaban desconcierto entre los españoles.
Significado de la ofrenda del Día de Muertos
Hoy en día, en prácticamente todos los rincones del país, se realiza esta celebración, con algunas variaciones dependiendo la región.
Sin embargo, hay un elemento representativo de la festividad, presente en casi todos lados. Y ese es la ofrenda.
Se trata de una representación de la visión sobre la muerte, cargada de alegorías y significados.
A grandes rasgos, todas las ofrendas comparten algunos elementos y, con ello, su significado.
Entre los elementos más comunes que podemos encontrar están:
Agua: fuente de vida que se le ofrece a las almas de los difuntos para calmar su sed.
Sal: elemento purificador que sirve para que las ánimas no se corrompan en su viaje.
Velas: alumbran el camino de las almas para que encuentren sus antiguos hogares.
Incienso o copal: igual que la vela, constituye una guía, olfativa, para conducir a los difuntos que vienen a visitarnos.
Además, era ofrecido por los indígenas a sus dioses para alejar a los malos espíritus.
Lo que permite que las almas buenas puedan entrar a sin peligro.
Comida y bebida: se coloca con la intención de agasajar a los difuntos con lo que más les gustaba en vida.
Esto porque habrán de encontrarse con ellos al menos durante estos únicos días al año, en que les es permitido volver.
Pan de Muerto: es una representación de la eucaristía que fue agregada por los evangelizadores españoles.
Algunos dicen que en su parte alta está representada la cruz de Cristo.
Otros, que son los huesos de los muertos y el ajonjolí, las lágrimas de las ánimas que no han encontrado el descanso.
Papel picado: generalmente de colores morado, rosa y naranja que simbolizan la unión de la vida y la muerte.
Calaveritas: cada una representa a un difunto, de hecho, usualmente traen un nombre en la parte frontal.
Antiguamente se utilizaban cráneos de verdad que fueron sustituidos por estos hechos de azúcar, chocolate, amaranto, etcétera.
Flores: la más usada es la de cempasúchil que es símbolo del resplandor del sol, que se considera el origen de todo.
En ocasiones se ponen sobre el piso como una especie de alfrombra, que guía al difunto hacia su altar.
También se le usa par aromatizar y darle una bienvenida más vistosa a las almas.
Objetos personales y fotografías: con esto se rinde homenaje a los fallecidos y se envía una señal de que aún se les recuerda.
Altares de muertos: tradicionalmente los altares tienen varios niveles: dos, tres o hasta siete, dependiendo de las costumbres.
Los de dos niveles representan la división del cielo y de la tierra; mientras que los de tres, agregan el inframundo.
El de siete niveles representa los escalones que debe atravesar el alma para poder llegar al lugar de su descanso.
La visita al camposanto en Día de Muertos
Muchos, además de recibir a sus difuntos en casa, con ofrendas, avanzan hasta el panteón para visitarlos.
Es común ver en estos días de celebración, verdaderas tertulias familiares con comida, música y muchas flores.
Se acude para limpiar y arreglar las tumbas. En algunos casos más exóticos para extraer los restos e igualmente limpiarlos.
También es común ver que se colocan ofrendas sobre el sepulcro y se pasa la noche en vela con la familia.
Cinco panteones para visitar en Día de Muertos
- Panteón y Ex Convento San Andrés Mixquic: aquí se realiza el ritual de La Alumbrada. Este consiste en despedir, con velas, a los difuntos, iluminando su camino de regreso.
- Panteón Civil de Dolores: es el más grande de América. Alberga la Rotonda de Hombres Ilustres. Suele ofrecer tours especiales durante estas fechas.
- Panteón de Pátzcuaro: destaca porque los habitantes del pueblo cubren completamente de ofrendas todo su espacio.
- Panteón de la Cruz: ofrece un tour nocturno que inicia en el Cerro del Muerto, y pasa por el Panteón de la Salud. Asimismo, aquí se realizan representaciones y comedias de calaveras, como parte del Festival de las Calaveras. Fiesta en la que se recuerda a José Guadalupe Posada.
- Panteón de Belén: destaca por su gran belleza arquitectónica y los tours que ofrece sobre leyendas de fantasmas.
Los mejores lugares para festejar el Día de Muertos en México
Cada estado del país tiene su peculiar forma de celebrar a los muertos.
Sin embargo, esta es la lista de los destinos que no te puedes perder por lo llamativo de su celebración.
Pátzcuaro, Michoacán
Hay que ver sus panteones llenos de ofrendas y el tradicional desfile de canoas en su lago.
Un tributo de los pescadores al dios de la muerte de la cultura tarasca, que ilumina todo el cuerpo de agua con veladoras.
Huaquechula, Puebla
A 45 kilómetros de la ciudad de Puebla, en este pueblo tienen la costumbre montar espectaculares altares dentro de las casas.
Los cuales muestran un estilo distinto al del resto del país, pues combinan la tradición mixteca y la católica. Los anfitriones suelen ofrecer chocolate caliente y deliciosa comida típica.
Mérida, Yucatán
Conserva intacta la tradición maya de celebrar el reencuentro con los seres queridos que se adelantaron. Dicha fiesta es llamada Hanal Pixán, que dura siete días. Uno de los eventos más representativos es el Paseo de las Ánimas.
En éste, cientos de muertos vivientes caminan desde el cementerio general hasta el Arco de San Juan.
Pomuch, Campeche
Un pequeño pueblo maya en el estado de Campeche, escenario de una de las tradiciones de Día de Muertos más extraordinarias.
Una semana antes del Día de Muertos, la gente va al panteón para sacar los restos de sus seres queridos, luego de 3 años de muertos. Allí los limpian y airean, mientras platican con el difunto como se hacía en vida.
Oaxaca, Oaxaca
Hay varias tradiciones oaxaqueñas propias de estas fechas, como regalarle a familiares y amigos una pequeña muestra de los elementos de las ofrendas.
En los días cercanos al Día de Muertos, la ciudad se llena de vida con las comparsas que recorren las calles.
Huasteca Potosina, San Luis Potosí
La fiesta de los muertos recibe el nombre de Xantolo en esta región y es por mucho la celebración más importante del año.
Destaca por su velación con rezos y alabanzas que llena de incienso los panteones.
Riviera Maya, Quintana Roo
El parque Xcaret es escenario de uno de los más grandes festivales del Día de Muertos. Se trata del Festival de Vida y Muerte que se lleva a cabo desde el 30 de octubre, con teatro, música, altares y mucho más.
Si quieres saber más sobre estos destinos y la manera en que celebran el Día de Muertos consulta: Los mejores lugares en México para festejar el Día de Muertos
Qué hacer en la CDMX, el Día de Muertos
Otra excelente opción para pasar el Día de Muertos es la CDMX, pues ofrece un sinfín de celebraciones para todos los gustos y estilos.
Entre las más conocidas destacan:
- Visita los museos de San Andrés Mixquic o el Panteón Civil de Dolores.
- Presencia el mágico desfile que recorre Reforma, de la Estela de Luz al Zócalo (este año será el sábado 27 de octubre).
- Acude a la representación teatral de La Llorona en Xochimilco.
- Recorre la Mega Ofrenda de la UNAM, que rendirá honor al 50 aniversario del Movimiento Estudiantil de 1968.
- Paseo Ciclista Nocturno Día de Muertos. No te puedes perder este tradicional paseo nocturno en bici. Podrás disfrazarte y rodar por Paseo de la Reforma. El 3 de noviembre por Paseo de la Reforma y Bosque de Chapultepec.
Símbolos del Día de Muertos
Algunos de los símbolos de la celebración a la muerte van más allá de la ofrenda. Estos son los más llamativos:
Calaveritas literarias: tradición surgida como una expresión crítica del pueblo contra la élite porfirista. Asemeja un epitafio hecho con motivo del Día de Muertos.
La Catrina: se ha vuelto la imagen de la muerte en México. Una figura creada por José Guadalupe Posada y bautizada por el muralista Diego Rivera que se hizo popular como elemento de crítica a la aristocracia mexicana.
Pedir calaverita: No es el aporte más mexicano de esta tradición. Se trata más bien un símil de lo que ocurre en Estados Unidos cuando los niños salen a pedir dulces.
Igualmente disfrazados, los pequeños mexicanos van pidiendo su calaverita.