San Juan de Ulúa: el fuerte que protegió a Veracruz de los piratas
En nuestro país, hay ciertas construcciones que, más que muros derruidos y ventanas vacías, son enciclopedias del pasado y testigos silenciosos de la historia. Uno de estos lugares se encuentra en el antiguo puerto de Veracruz y lleva como nombre El fuerte de San Juan de Ulúa.
Construido en lo que era una zona de descarga para los mercaderes españoles, el fuerte se construyó en 1519 por orden de la gente de Hernán Cortés para resguardar a las embarcaciones de los fuertes vientos del norte, más que como una medida de protección contra una de las grandes amenazas de esos tiempos los piratas, el azote de los mares.
Y, como suele pasar cuando no se está preparado, en 1568, el fuerte fue atacado por los piratas John Hawkins y Francis Drake, quienes tenían el apoyo de la Corona Inglesa. Afortunadamente, en esas mismas fechas arribó la flota española, que sin grandes trabajos derrotó a los invasores.
Además del buen tino de los españoles, lo más curioso del asunto fue que el virrey, ahora muy consiente de la importancia de proteger el puerto, colocó los cañones del barco de los ingleses derrotados en la muralla como el primer paso de su fortificación.
A lo largo de los siguientes siglos, se siguieron haciendo mejoras a la fortaleza, hasta que se convirtió en la más importante del país; sin embargo, no siempre logró mantener a raya a los piratas.
San Juán de Ulúa: La Cárcel
La fortaleza jugó distintos roles en los varios conflictos bélicos de nuestro país, como la Independencia y la Guerra de los Pasteles, hasta que a mediados del siglo XIX se convirtió en una cárcel para prisioneros políticos (formalmente; ya que desde antes había albergado a varios personajes). Entre sus presos más célebres se encuentran: Fray Servando Teresa de Mier, Benito Juárez, Jesús Arriaga (Chucho el Roto), y se dice, la Mulata de Córdoba.
Por muchos años, fue una de las cárceles más temidas de nuestro país. Conocida como “el lugar más sucio de Veracruz”, era famosa por sus condiciones inhumanas, sus plagas de roedores e insectos, y su falta de instalaciones sanitarias. Fue hasta 1914, durante la Ocupación Estadounidense, que se liberó a los presos políticos y se reubicó a los criminales regulares (aunque se cuenta que al abrir sus puertas, varios de los marinos estadounidenses casi se desmayan por el hedor).
En 1984, el fuerte comenzó un largo proceso de restauración, hasta que en el 2012 se convirtió en el Museo Arqueológico de Veracruz, alojado en la antigua Casa del Gobernador. Contiene más de 260 piezas arqueológicas que dan testimonio de más de tres mil años del desarrollo cultural alcanzado por las antiguas civilizaciones, desde los olmecas, hasta los totonacos y los huastecos. La colección reúne piezas de obsidiana, cerámica y elementos de un juego de pelota.
Durante tu visita al museo, también podrás recorrer la fortaleza para conocer su arquitectura a través de sus celdas, pasillos, calabozos y patios. Tiene también un importante acervo compuesto de armas de los siglos XVI al XIX, armaduras y un argollón de amarre de navío, y una sala dedicada a la historia del fuerte durante el periodo virreinal.
Datos
El museo está abierto al público de martes a domingo de 10 a 17 horas, y tiene un costo de $55 para adultos. La entrada para maestros, menores de 13 años y adultos mayores, y para el público general, es gratuita los domingos.
Para conocer más del puerto checa este link. Y visita la página oficial.