Gastronomía de las tres grandes capitales europeas

El Viejo Continente no deja de sorprender por sus numerosas construcciones y monumentos históricos, pero su gastronomía no puede pasar desapercibida.

En la primera etapa del viaje se visitan diferentes ciudades de España como Barcelona y Madrid, pero no puede faltar saborear la oferta culinaria del País Vasco como con la exquisita tortilla de patatas, quizá la comida más típica y famosa de todo el país, ya que su preparación cuenta con ingredientes simples como huevos, patatas (papas) y aceite de oliva; un manjar que, aunque parece simple de preparación es una delicia que no puede faltar durante el viaje.

Otro platillo que no se puede dejarse pasar en España, es la paella valenciana. Como toda comida típica esta comenzó como un platillo humilde, solo preparado por la clase trabajadora y jornaleros, ya que mezclaban los ingredientes que tuvieran a la mano. Con el paso del tiempo diferentes elementos se fueron agregando como calamares y ostras, hasta su actual versión con arroz, cebolla, pimientos, mejillones, pollo, calamares, ostras, tomate y hasta camarones y cangrejos. También, en la visita a Madrid, las tradicionales Tapas con Jamón Serrano con una deliciosa copa de vino no pueden faltar en el repertorio culinario español.

En tierras francesas, el platillo El Cassoulet, originario del sur de Francia, es uno de los platillos más tradicionales y es servido en reuniones familiares. Está compuesto de alubias blancas, muslos de pato y carne de cerdo, todo está cocinado a fuego lento para que el sabor sea único e irrepetible. Otra comida típica es el Foie Gras, de hígado de ave (pato o ganso) especialmente alimentado y molido; está servido en cada mesa francesa durante las fiestas de Navidad y fin de año. Para degustarlo de la mejor manera se recomienda servirlo en pan brioche con un poco de mermelada de higos.

Ya en territorio italiano, la gastronomía se encuentra en cada rincón y en cada ciudad. No se puede dejar de saborear su clásico risotto, proveniente de la región norte del país cuya preparación comienza desde la selección del arroz, ya que este cuenta con más almidón que el grano común. Al calentarlo con aceite de oliva se mezcla con setas, quesos, espinacas y mariscos, ideal como entrada a los platillos principales.

El espagueti a la boloñesa también es parte imprescindible de la gastronomía romana. Su modo de preparación es, a la vez, simple y complejo, ya que para que un sabor sea excepcional la pasta debe preparase con delicadeza desde sus inicios en la masa, para después crear los espaguetis frescos, y cocinarla a fuego lento con salsa de tomate con especias y carne de res picada

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