Aventura
Aventura y recorrido en los ríos rápidos de Guerrero
Para los amantes de la naturaleza, la aventura y las emociones fuera de lo común, México tiene muchas opciones: nevados volcanes que escalar; paredes rocosas de gran dificultad para el rappel; senderismo de hermosos paisajes y rutas ciclistas por las más empinadas laderas. Entre esas maravillas y deportes aventureros, está el espeleísmo, es decir, el descenso a grutas, cuevas, sótanos y cavernas para apreciar las bellezas ocultas de la tierra, así como la vida que en ellas habita.
Por supuesto, esta actividad requiere de cierta preparación física y equipo especializado, pues te enfrentarás a diversos obstáculos que pueden poner en riesgo tu integridad física e incluso tu vida. Si te interesa probar, existen varios destinos cuyos retos son medianamente sencillos y que te permitirán poner a prueba tu resistencia física y psicológica.
Uno de esos destinos, el más socorrido pero no por eso el menos bello, es el río subterráneo Chontalcoatlán, en el Estado de Guerrero. Muy cerca del punto donde colindan los Estados de México, Morelos y Guerrero, se encuentran las famosas Grutas de Cacahuamilpa: un rincón turístico que te permite apreciar las caprichosas formaciones ígneas que el goteo y la filtración han esculpido. En ese lugar corre un hermoso río que a partir de este punto recibe el nombre de Amacuzac y que más adelante se une al cauce del Balsas.
Antes de convertirse en el río Amacuzac, el río lleva el nombre de Chontalcoatlán y sirve, en gran parte de su recorrido, como frontera natural de Guerrero y el Estado de México. Unos seis kilómetros antes de llegar a Cacahuamilpa, el río se interna en un sistema de cavernas de la sierra guerrerense: es ahí donde empieza la aventura.
Recorriendo el “Chonta”
Lo necesario
Para recorrer el “Chonta” con la mayor seguridad posible, debes preparar el siguiente equipo, no arriesgues tu aventura:
- Ropa y calzado ligero que puedas mojar.
- Sistema de flotación. Ya sea un chaleco salvavidas o el famoso “mochibote”: un bote de plástico o metal que te servirá para llevar tus pertenencias, mantenerlas secas y flotar.
- En ocasiones tendrás que pasar por agujeros estrechos en la roca y no querrás golpearte la cabeza.
- Lámpara de minero. Sí, de esas que se ponen en la frente. Esta es indispensable pues la obscuridad es total.
- Botiquín de primeros auxilios.
- Pues hay partes del río que llevan corriente fuerte y con ella podrás anclarte a la orilla.
- Untarte vaselina en el cuerpo te permitirá perder menos calor.
- Guía. Preferentemente realiza el recorrido con una persona que conozca bien el río.
El camino
Para internarse en esta caverna hay que seguir varios pasos previos:
- Llegar a las grutas de Cacahuamilpa. Este punto es muy importante, pues ahí deberás registrar al grupo con el que acudes ante cualquiera de los dos grupos de rescate instalados. Ellos cumplen la noble de tarea de auxiliar a los grupos que se quedan atascados en el interior de la caverna.
- Desplazarte a “La palapa”. Hay dos opciones: caminar por la carretera hasta este punto (te llevará una hora y media aproximadamente) o rentar alguna de las camionetas que te ofrecen el servicio por la módica cantidad de $25.00.
- Una vez ahí, debes seguir la vereda que te llevará hasta la entrada de la caverna. Solo existe una bifurcación en ella, toma el camino de la derecha y adelante encontrarás los señalamientos hacia la boca del río.
- Justo antes de la boca, debes descender una pared de roca que cuenta con dos sistemas: una línea de cable de acero y una escalera metálica que pondrá a prueba tu valor.
- Preparación para el recorrido. Antes de entrar al río verifica que tu mochibote esté bien cerrado, que tu lámpara no tenga fallas y ajusta bien tu casco. Aplica vaselina sobre tu cuerpo, ármate de valor… y a recorrer se ha dicho.
- Considera bien tus tiempos. El recorrido del “Chonta” te lleva de 6 a 8 horas, dependiendo de la velocidad de avance y el número de integrantes del grupo.
Ahora que lo recorrimos, va nuestra evaluación del río Chotalcoatlán.
Accesibilidad
Llegar al “Chonta” es bastante sencillo, pues su cercanía con las Grutas de Cacahuamilpa y la ciudad de Taxco garantiza la continua llegada de autobuses foráneos. Por otro lado, si vas en auto propio, la señalización es bastante adecuada, además de que cuenta con un amplio estacionamiento. Palomita por que llegar al lugar no es nada complicado y podrás dejar tu auto con confianza plena.
Pernocta
Existen dos modalidades para recorrer el río y adentrarte en la aventura: acampando en el interior de la gruta o haciéndolo de un jalón. Si no tienes la intención de dormir en una caverna, lo mejor será hospedarse en Taxco y desplazarse temprano a Cacahuamilpa (te lleva más o menos 40 minutos). Si este es tu caso, no cargues más de lo indispensable para no retrasar el recorrido. Haciéndolo de esta manera, el recorrido te lleva entre 6 y 8 horas, dependiendo de la velocidad de avance y el número de personas que integran el grupo.
Si piensas acampar en la gruta, hay tres zonas excelentes para dormir: el astabandera; la bóveda y la claraboya. La primera se encuentra a unas dos horas de iniciado el recorrido: un islote de arena elevado en el que se encuentra un astabandera. Ahí puedes dormir y encender fogatas. La bóveda es otro islote de arena, pero que está a nivel del río. Es un poco más húmedo que el anterior, pero igualmente cómodo. La claraboya es un descomunal agujero por el que entra el sol ubicado más o menos a la mitad de la ruta. Aunque los depósitos de arena son más pequeños, puedes acampar ahí sin problema alguno. ¡El amanecer es sensacional! Palomita porque opciones para dormir hay y bien.
Seguridad
Si bien es cierto que la seguridad en este tipo de actividades depende en gran medida de los participantes y el guía que los llevará, en el río Chontalcoatlán se encuentran instalados dos cuerpos de rescate cuya función es ayudar a los grupos que tomen más tiempo del necesario en salir. Por eso es muy importante que te registres con ellos en las Grutas de Cacahuamilpa. Sin embargo, el control de acceso es limitado, ya que solo una persona registra al grupo. Esto origina, por ejemplo, que al río ingresen personas en estado de ebriedad sin control alguno. Nos encontramos con uno de estos grupos, así es que palomita por la iniciativa de los cuerpos de rescate, pero tache por la falta de un puesto de control en la entrada del río.
Limpieza
Este es uno de los temas tristes del “Chonta”. Desafortunadamente, mucha gente entra y bota por todos lados su basura. Lo complicado es que, dada la obscuridad, mantenerlo limpio es bastante difícil. Es común que cerca de las zonas de acampado encuentres latas, botellas vacías e incluso desechos humanos. Tache por la falta de conciencia de los visitantes.
Información y aventura
Cerramos con otro tache, pues hace bastante falta que se monten módulos de información y orientación especializada para los nuevos visitantes, así como la generación de un Reglamento para ingresar al río. A pesar de ser un sitio muy visitado, su organización como destino turístico de aventura deja mucho que desear. Ojalá esta situación mejore pronto.
En términos generales, el “Chonta” es un excelente destino si quieres probar por vez primera el espeleísmo o quieres maravillarte con las formaciones rocosas que alberga. Es una experiencia y una aventura sin par en la que pondrás a prueba tus miedos, pues combina tres de los más comunes: obscuridad, encierro y cuerpos de agua. Para recorrerlo no necesitas más que el equipo señalado y una condición física medianamente aceptable.
A pesar de los taches que se lleva, este destino ofrece una experiencia única para los amantes del campismo y la aventura, lo que lo convierte en una excelente opción de fin de semana. Además, si lograste superar el reto mejor de lo que pensabas, te quedarán ganas de volver al lugar, ya sea para enfrentar de nuevo al “Chonta” o para recorrer a su hermano un poco más difícil: el río subterráneo San Jerónimo, también conocido como el Sanje.
¿Listos para una nueva aventura?
Entra a este link y sigue con la aventura en las Grutas de Cacahuamilpa.