Aventura
¿Mucho estrés en la ciudad? ¡Viaja al bosque!
El estrés de la ciudad repercute en tu salud mental y física, pero viajar al bosque de vez en cuando puede contrarrestar los daños, además de resetearte, limpiar tus pulmones y darte chance de pensar o dejar de hacerlo por un momento. Es una realidad que la masificación en las ciudades es capaz de desquiciar a varios, no solo en horas pico, pero más de la mitad de la población del mundo habita en las ciudades. La comodidad podría ser su principal motivo (economía, movilidad, servicios, alimentos).
¿Cómo es el viajero de ciudad?
Se aburre fácilmente, necesita acción. No le molesta tanto el ruido, el tráfico, la contaminación o el ajetreo si tiene a cambio un cómodo hotel para dormir, un exquisito restaurante, un itinerario lleno de actividades o calles repletas de tiendas o centros comerciales. No quiere “batallar” con condiciones climáticas inesperadas ni puede imaginar pasar ni medio día sin wifi, los desespera el silencio, prefieren el “de arriba para abajo” de las grandes ciudades.
¿Y el viajero rural?
Su plan se relaciona con actividades como senderismo, kayak, campismo. Viste cómodamente y le gusta caminar por pasar horas contemplando la naturaleza. Puede viajar solo y ajustarse a condiciones de clima, transporte y alimentación. Gusta de leer un libro sin prisas, preparar sus alimentos en una fogata, conversar con otro viajero mientras contemplan las estrellas.
¿Por qué al bosque?
Viajar a una ciudad siempre será estimulante, pero darse una escapada agreste de forma regular, no solo resultará bueno para los sentidos. Además, los humanos tenemos facilidad para acoplarnos al ritmo de la naturaleza, es una condición natural de nuestro cerebro. En la naturaleza no tienes nada qué aparentar, no te pide mas que respeto y contemplación.
Bosques que nos encantan
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El Bosque de bambú, en Sagano, Japón. Tiene más de 50 variedades de bambú, algunos midenmásde 20 metros de altura. Para visitarse en otoño.
El Parque Nacional de los lagos de Plitvice, Croacia. Catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Como salido de una pintura en la que predominan los tonos turquesa.
Uluru-Kata Tjuta, Australia. Se ha descrito como un espejismo rojo en medio de un paisaje de arbustos. En su interior se esconden campos de dunas, valles y desfiladeros.
Sagarmatha, Nepal. Es el parque del monte Everest y contiene parte del Himalaya. Se divide en cuatro zonas climáticas debido a sus altitudes. Por supuesto, también es Patrimonio de la Humanidad.
Parque Nacional Fiordland. Isla Sur, Nueva Zelanda. Es la reserva neozelandesa más grande. Impresiona por sus fiordos, espectaculares cascadas y picos nevados. Su espectacular fauna también deja boquiabiertos a sus visitantes.