Escapadas

El gran misterio de la calle de la quemada en CDMX

Publicado el

A mi no me lo crean, solo cuento lo que me contaron los adultos. Dicen, que una historia escalofriante sucedió en la calle de la quemada, en la Ciudad de México.

Entre las muchas leyendas de la Ciudad de México, existe una que pone la piel chinita al instante, y es la que se cuenta en la calle de la quemada.

Actualmente se le conoce como la 8a Calle de Jesús María (en 1928 le cambiaron el nombre) y se localiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a la altura del convento del mismo nombre.

¿Cuál es el gran misterio de la calle de la quemada?

Nunca te imaginas lo que una callecita colonial y pintoresca puede esconder, y si pasas por ahí, tal vez ni siquiera te imagines su historia.

Lo cierto es que la leyenda de la calle de la quemada no se inventó solita. Muchos se la saben y quienes no la conocen, seguramente no volverán a pasar por ahí de noche si siguen leyendo lo que vine a contarles.

La leyenda de La Quemada

Dicen los que saben y agregan los que le inventan, que la calle de la quemada guarda entre sus muros una historia de amor y tragedia.

Corría el año de 1500 y tantos, cuando a la Nueva España llegó Don Gonzalo de Espinoza Guevara junto con su hija Doña Beatriz.

Don Gonzalo pertenecía a la nobleza, era un hombre de negocios respetado. Beatriz no rebasaba los 20 años y su belleza era tan incomparable como sus actos de bondad.

Procedían de la Villa de Illescas España y llegaron a vivir a lo que fuera la calle de la quemada.

La historia de amor

Como era de esperarse, a Beatriz pronto la comenzaron a asediar los pretendientes, pero ninguno lograba llamar su atención.

Sin embargo, una noche, durante una reunión de ricos en el Palacio del Virrey Don Luis de Velasco, quedó enamorada perdidamente del Marqués de Piramonte y Franteschelo.

Se trataba de un joven noble italiano, llamado Don Martín de Scúpoli, sumamente atractivo pero muy celoso. En cuanto algún otro caballero osaba cortejar a Beatriz, éste lo retaba a un duelo a muerte de espadas y así, iba eliminándolos.

“Bety la fea”

No, no es juego. En realidad Beatriz quería terminar con su belleza, no estaba dispuesta a cargar con la culpa de tantas muertes.

No quería que a causa de su belleza, Don Martín (a quien amaba profundamente) continuara matando a inocentes por celos irracionales.

Así que en una ocasión que su padre no estaba en casa, dio el día libre a la servidumbre y en una de las habitaciones puso a calentar un brasero.

Entonces, se hincó ante las brazas para (la muy loca) quemarse la cara, eran tales sus gritos de dolor que Fray Marcos de Jesús y Gracia, quien pasaba por ahí se dio cuenta y corrió por Don Martín para avisarle.

El hallazgo

Asustado, Martín entró a la casa de Beatriz y la encontró ataviada con un vestido blanco y cubierta con un velo negro, con el rostro totalmente quemado y una belleza inexistente.

Pero aunque su rostro estaba desfigurado, sus ojos seguían mostrándose bondadosos y su amado se dio cuenta que lo que realmente importaba era la belleza de su alma.

Martín comprendió su sacrificio y le pidió matrimonio, pero Beatriz decidió no volver a mostrar su rostro antes de su boda.

Desde ese momento, la gente llamó a la calle en la que vivía Beatríz, la calle de la quemada. y a ella, se le veía del brazo de su esposo pero siempre cubriéndose la cara con un velo para ocultar sus cicatrices.

¿Dónde está la calle de La Quemada exactamente?

La calle de la Quemada es hoy la calle Jesús María en el centro de la ciudad, cercana al Convento de la Merced.

Se dice que la leyenda de la calle de la quemada sucedió entre Izazaga y Pino Suárez, casi esquina con Mesones.

La mejor forma de llegar es definitivamente caminando, ya que el tráfico es pesado y los estacionamientos escasos.

Las estaciones del metro más cercanas son Pino Suárez (líneas 1 y 2) y Merced (línea 1).

 

Sigue leyendo otras fabulosas de nuestro México dando clic aquí.

Te puede interesar

Salir de la versión móvil