Ixtenco: el bastión Otomí de Tlaxcala
Ixtenco Tlaxcala o San Juan Ixtenco, es una población que se encuentra en las faldas azules de la Malinche, al sur del pueblo mágico de Huamantla y al norte del municipio de Zitlaltepec.
San Juan Ixtenco
Ixtenco tiene una peculiaridad muy especial, pues se dice que actualmente es el único pueblo en el que se habla de forma común la lengua otomí. Se le conoce como San Juan Ixtenco en honor al santo patrón San Juan Bautista y cuya fiesta se celebra el 24 de junio de cada año con una gran feria. Eso sí, cada día 24 de todos los meses se celebra una misa por las mañanas con una procesión terminando en la casa del mayordomo, quien ofrece junto con sus compañeros, un delicioso atole originario del mismo Ixtenco, el “atole agrio” o “atole morado”, el cual se le llama así porque lleva un proceso de fermentación.
Ya por la tarde de todos los días 24, se espera a la gente de la comunidad o a cualquiera que desee acercarse, a la llamada “Matuma”, un evento presidido por el mismo mayordomo y su grupo de apoyo para ofrecer ahora el famoso mole de Matuma o de ladrillo, conocido así por ese característico color. Entre sus ingredientes están el guajillo, masa, cilantro, carne de res y algunos otros, mismo que se acompaña con los llamados “tamalitos tontos” elaborados con manteca de cerdo, masa de maíz y sal. Y claro, no podía faltar una dosis de pulque para asentar la Matuma y la “tonta” tamaliza.
Además de su exquisita comida, característica que encontramos a lo largo y ancho de Tlaxcala, San Juan Ixtenco es célebre por su producción de blusas y camisas de pepenado, siendo otra vez el único municipio en donde se elaboran esas prendas, así como las fajas elaboradas en telar de cintura. Ahí también se realizan mosaicos aprovechando la variedad de texturas, tamaños y colores de las diversas semillas que se cultivan en el campo, así como de la colecta de semillas silvestres.
Aunque tienen mayor fama los de Huamantla, muy especiales resultan también los tapetes de aserrín de colores y flores que elaboran en casi 3 kilómetros y medio de sus principales calles la noche del 23 de junio de cada año. Esos tapetes pueden ser admirados en su largo recorrido, pero por respeto, no son pisados, pues es un honor que se reserva para la imagen de San Juan Bautista cuando hace su recorrido sobre los mismos.
Por si ni fuera suficiente, Ixtenco inició en el año 2011 una celebración más, la Fiesta del Maíz, que tiene como propósito la defensa y promoción de las distintas variedades de maíces criollos en contraposición al maíz transgénico, que aseguran, amenaza a esta tradicional cuna del maíz. Pero bueno, eso ya son otros temas, y no de lo que me gusta hablarles aquí. Visiten Tlaxcala, incluyendo siempre una vuelta por este pueblo, el devoto San Juan Ixtenco.