Trabajar en un crucero ¿es lo tuyo?
Trabajar en un crucero ¿es lo tuyo?
Trabajar en un crucero seguramente te hará viajar por el mundo o al menos recorrer el Caribe, todo depende de los itinerarios de la línea de cruceros en la que elijas trabajar, pero no solo se trata de viajar. Requieres de ciertas cualidades para aguantar el ritmo, pasar tiempo lejos de los tuyos y sobrevivir a largas jornadas laborales. Todo trabajo relacionado con los viajes tiene sus bemoles, este también.
Empecemos con las ventajas para agarrar entusiasmo
Te volverás más independiente y organizado
Independiente y “minimalista”. Tu pequeño camarote muchas veces está compartido con otra persona, no hay lugar para la desorganización o para que te llenes de cosas. Trabajar en un crucero no te deja tiempo para acumular ni para tener apego a las cosas. Por otro lado, no hay quien haga las cosas por ti, no estará tu mamá levantándote temprano ni lavándote tu uniforme.
Puedes ascender rápidamente
Esa es una de las grandes ventajas de Trabajar en un crucero. Puedes empezar compartiendo labores con el personal de limpieza y terminar varios escalafones arriba. Bien puedes hacer carrera a bordo si descubres que el ambiente de trabajo es lo tuyo y por supuesto que las prestaciones y el suelto también irán mejorando.
Tendrás amigos de muchas nacionalidades
Las que quieras. Piensa que podrías tener a tu mejor amigo filipino y a tu novia (o) francés (a). Olvídate de que Trabajar en un crucero sea solo eso, también queda tiempo para convivir entre compañeros, con quienes te puedes acompañar para recorrer los puertos a los que lleguen, platicar en sus horas de comida o hasta ser parte de buenas fiestas cuando no hay que trabajar.
Vas a ahorrar dinero
Eso si te administras, porque bien podrías gastártelo en la tienda del barco o cada que desciendas a un puerto, pero piensa que dentro del barco no tienes que gastar en nada. La compañía asume los gastos de tus comidas, agua, luz, hospedaje y hasta la ropa (uniforme) que vistes diario, ¿cuál crisis)
Conocerás muchos destinos
Como lo mencionamos al principio, esto dependerá de los puertos a los que tu barco visite. Pero si eres un buen elemento podrás ser seleccionado para trabajar en barcos que tengan muchas rutas o viajen a sitios que parecerán salidos de otro planeta como Alaska, Australia o el Mediterráneo. Y lo mejor es que una vez que los turistas hayan terminado su itinerario de viaje, es probable que te puedas tomar vacaciones de hasta 8 semanas en el destino.
Vámonos con los bemoles, para no engañarnos
Requieres paciencia
No imagines que todo lo que deseas como un buen puesto, viajes loquísimos, comida a las horas que acostumbras, un sueldazo, gente a tu cargo, se te dará al instante. A menos de que seas el capitán del barco, todo eso llegará con el tiempo mediante tu esmero, dedicación y sobre todo, paciencia, la cual necesitarás al doble si tu puesto tiene relación con atención al cliente y alguien se te pone roñoso.
Te tocará ser amable
Así tu puesto de trabajo no esté relacionado con atención al cliente, será importante que sonrías cuando te cruces en tu camino a los pasajeros, tripulación y a tus compañeros. Te hará la vida más ligera.
Olvídate de “salir a tu hora”
Trabajar en un crucero implicará que te ajustes a horarios que a veces sobrepasan las 8 horas laborales, puede ser que en ocasiones debas rolar turnos y habrá ocasiones en que termines de trabajar muy de madrugada dependiendo de tu puesto. Tus labores pueden resultar extenuantes o rutinarias, es cosa de que aprendas a disfrutarlas.
“El síndrome del Jamaicón”
La casa siempre se extraña, pero si es en menor medida te la pasarás mejor en el barco. Cuando se trata de viajes largos o muy lejanos es posible que carezcas de comunicación con los tuyos y puedas llamarlos hasta que bajes del barco, muchas veces no incluye el internet o no hay red disponible en altamar ¿aguantas estar mucho tiempo sin tu hogar y tu gente?
Un dramamine al día
Mientras te acostumbras al movimiento del barco, es posible que requieras tomar medicamentos para el mareo. Incluso cuando desciendes del barco puedes continuar con la sensación de que el piso se mueve. Así que si eres de los que se marea hasta en el metro, piénsalo dos veces.
Mucha disciplina
Si no eres alguien que sigue reglas, olvídate. Debes seguir un código de vestimenta, ser sumamente puntual, evitar el consumo de alcohol y cigarro en horarios establecidos, obedecer a tus superiores, respetar tus tiempos libres y hay áreas del barco que no podrás visitar.