Comida
Chapulines, deleite selecto de la gastronomía mexicana
Los chapulines son un deleite de la gastronomía mexicana aunque su aspecto no sea el más suculento. Quien se atreve a probarlos se enamora de su sabor desde el primer bocado.
¿Qué son los chapulines?
Los chapulines pertenecen a un grupo de insectos denominados Orthoptera, de donde también son los grillos y los saltamontes.
Miden por lo general menos de 5 centímetros pero hay los que alcanzan los 12 centímetros de longitud (a los que se conoce como Cabeza de alfiler), son saltarines y emiten sonidos simpáticos denominados estridulaciones.
Desde la época prehispánica los chapulines ya se comían, junto con el maíz eran parte fundamental de la dieta de las grandes civilizaciones gracias a sus proteínas, y de hecho, se consideraban como un manjar de dioses.
Las propiedades nutricionales de los chapulines
Según el Instituto de Biología de la UNAM, los chapulines aportan al ser humano diversos nutrientes y poseen un alto contenido de vitamina A, B y C.
Además de calcio, magnesio y zinc. También aportan energía, no engordan y son ricos en fibra.
¿Dónde comer chapulines en CDMX?
Si quieres comer chapulines como botana, en casi cualquier mercado los puedes encontrar, pero especialmente en mercados populares por su gastronomía, como el Mercado de Coyoacán, el Mercado de San Juan o el Mercado Medellín, por mencionar algunos.
Y si lo que estás buscando es un restaurante que haga de los chapulines verdaderas obras de arte culinario, entonces tienes que ir a sitios imperdibles como Corazón de Maguey, Los Danzantes o La Casa de los Tacos en Coyoacán.
En la zona sur de la ciudad está Doña Lula, restaurante especializado en comida oaxaqueña, así como El sabor del tiempo, cerca del WTC.
Si andas por la Roma o la Condesa, La Tlayudería puede ser una buena opción, así como Pasillo de Humo
Y en el Centro Histórico es incomparable comer chapulines en El Cardenal y también hay buenas opciones en Los Girasoles, el restaurante Chon, El Mayor, Azul Histórico.
Oaxaca, tierra de chapulines
Definitivamente el mejor sitio para comprar y comer chapulines es la ciudad de Oaxaca. Los encontrarás en el mercado, en los restaurantes y en la calle, con los vendedores ambulantes.
Acompañan perfectamente a una tlayuda, se pueden agregar a la sopa o a un rico mole.
Y es que en Oaxaca los chapulines se cazan en el monte con redes artesanales y siguiendo un proceso natural, libre de químicos.
Por cierto, Guerrero, Morelos y el Estado de México son también grandes productores de chapulines para su consumo.
¿Cómo se cocinan los chapulines?
Hoy los chapulines son un platillo típico mexicano. Comúnmente se hierven en agua con sal y ya cocidos se tuestan o fríen y se les añade sal y limón (y chililito en polvo) para consumirse como botana.
El límite lo pone el cocinero, ya que puede agregar chapulines como guarnición o como adorno a muchos platillos. Decorar una hamburguesa, agregarlos en una pizza y prácticamente en todo lo que combine.
Pero si quieres lucirte en la mesa, hay diversas maneras de prepararlos:
Chapulines asados
¿Qué tal si agregas unos cuantos chapulines a tu arrachera o los integras a la carne asada junto con las cebollitas cambray y los nopales?
Solo es importante que el día anterior los dejes remojando en agua, durante todo el día en un recipiente tapado.
Escúrrelos y sécalos al siguiente día y en una sartén con manteca o aceite agrégalos y tápalos, pero cuidando de voltearlos de vez en cuando para evitar que se quemen.
Al estar doraditos agrega sal y cuando los sirvas puedes incorporar el limón. Le irán perfecto a un taco, especialmente si añades salsa o un guacamolito.
Crema de chapulines
Para preparar este platillo necesitarás 1/2 cebolla, 2 dientes de ajo, 4 jitomates guaje, 160 gramos de chapulín, 1 papa, 1 litro de caldo de pollo, 1/2 taza de crema espesa, 2 cucharadas de aceite de oliva, 2 tortillas blancas, 2 tortillas azules, 4 ramas de perejil, sal y pimienta
Primero corta en julianas muy finas las tortillas y hornéalas hasta dejarlas crujientes y reserva.
Posteriormente, pon en la sartén el aceite de oliva para saltear a fuego medio la cebolla hasta que quede suave.
Incorpora los chapulines y saltéalos un poco para después agregar el ajo y seguir salteando sólo por unos 20 ó 30 segundos.
Una vez listos, reserva una cucharada, ya que la usarás para el adorno final de tu plato.
Pela el jitomate, quítale las semillas y córtalo en cubos para después cocinarlo a fuego bajo unos 10 minutos.
Agrega el caldo de pollo y en cuanto empiece a hervir incorpora la papa pelada y cortada también en cubos pequeños.
Cocina por 8 ó 10 minutos a fuego medio hasta que la papa esté suave y esté lista para hacerla puré, sazona con la sal y la pimienta y muele la sopa en la licuadora hasta que la mezcla quede muy fina.
Regresa la mezcla al fuego con un poco de aceite de oliva extra virgen y agrega la crema.
Una vez que esté en su punto, añade algunos de los chapulines que habías reservado junto con las julianas crujientes de tortilla y un poquito de perejil.
Pasta con chapulines
Tu mesa lucirá espectacular con esta receta en la que necesitarás una cebolla, aceite de oliva, sal, pimienta, polvo de chiles, 3 tomates frescos, caldo de mole, 1 kg de espagueti seco, 100 gramos de perejil picado y 300 gramos de chapulines.
Saltea la cebolla picada en aceite de oliva, sazona con sal, pimienta y polvo de chiles. Agrega los tomates cortados en cubos.
Posteriormente incorpora el caldo de mole y deja cocinar hasta que los tomates se pongan blanditos. Después pon a hervir el espagueti en abundante agua e incorpora sal.
Incorpora la salsa a la pasta y decora con perejil picado y con los chapulines.
Salsa morita con chapulines
Con esta salista te vas a lucir en una reunión. Necesitas 2 ajos medianos o grandes finamente picados, 3 cucharadas de aceite para freír, unos 150 de chapulines tostados (chiquitos o medianos), 100 gramos de chile morita tostado en un comal, 8 tomates pelados y asados en comal con 1 cucharada de aceite y sal al gusto.
Dora el ajo en el aceite por 1 minuto, agrega los chapulines y sofrie revolviendo para que no se quemen.
Después licúa los chiles con la mitad de los tomates, agrega la mitad restante, sazona con sal y deja hervir.