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La Casa de los Tubos en Monterrey
Uno de los sitios más misterios del área metropolitana de Monterrey es la Casa de los Tubos. Localizada en la calle René Descartes #845, en la colonia Country La Silla 3° sección, en el municipio de Guadalupe, Nuevo León.
Origen de la leyenda de La Casa de los Tubos
La Casa de los Tubos comenzó a construirse en la década de los 70. No se tienen datos de los dueños, solo se sabe que el dueño de la casa tenía una hija de unos 12 años que no podía caminar y para desplazarse usaba una silla de ruedas. También se dice que no eran originarios de Monterrey. No se sabe de qué parte de México venían.
Aquel hombre contrató a uno de los mejores arquitectos de la ciudad quien diseñó la casa con un estilo futurista y jugando con figuras cilíndricas (de tubo). Además, en su interior tendría rampas. Todos esos rasgos tenían el objetivo de facilitar la movilidad de la chica al interior de la residencia.
Parece que el padre de aquella jovencita tenía prisa por habitar lo más pronto posible la casa, pues cuentan los vecinos que los albañiles seguían trabajando hasta altas horas de la noche.
Así fue como en el paisaje urbano del sur de Monterrey se comenzó a notar una estructura tubular de cemento que fue bautizada como “La Casa de los Tubos”.
Hasta aquí el relato no tiene nada fuera de lo común. Sin embargo, quienes conocieron a personas involucradas en la construcción comentan que había una vibra, un ambiente extraño en la Casa de los Tubos que se estaba cimentando.
Tanto así que entre los albañiles comenzaron a surgir tensiones y problemas. Los integrantes de ese gremio suelen ser muy celosos de sus herramientas. La leyenda cuenta que los problemas empezaron a subir de tono cuando empezaron a desaparecer algunos instrumentos que usaban. Al parecer se estaban robando entre ellos, problema que suele ocurrir en algunas construcciones.
Un día se organizó una convivencia con la intención de aclarar la situación. La reunión se convirtió en borrachera y al final los contratistas decidieron darles el día libre para que se curaran la cruda en sus casas.
El Terror
De ese “día libre” no fueron informados tres albañiles que se habían retirado temprano de la reunión. Así que se presentaron a laborar al día siguiente. No sabían a la tragedia que se enfrentarían.
Uno de ellos, llamado Alberto, fue designado para laborar en la parte superior de la Casa de los Tubos. Mientras los otros dos permanecían abajo.
De pronto, Alberto comenzó a gritar aterrado hasta que se oyó como su cuerpo se estrelló contra el concreto. Sus compañeros subieron a ver lo que había pasado. Aquel albañil estaba muerto en el piso pero con los ojos abiertos como expresando sorpresa y espanto. No había nadie más.
Se determinó que la muerte fue un accidente de trabajo pero la cuadrilla de albañiles comenzó a murmurar que algo raro estaba pasando en el predio.
Días más tarde, otro albañil comenzó a gritar: “No quiere que estemos aquí”, antes de que cayera por una de las ventanas. Hay quien dice que se trataba del mismo Diablo. Tras esa muerte, muchos decidieron renunciar.
El arquitecto responsable de la obra, como pudo, trajo personal para tratar de concluir La Casa de los Tubos. La construcción seguía. Un día, el dueño llevó a su hija para presenciar los avances de su futuro hogar.
Cuentan quienes estaban allí, que de pronto, la niña se encontraba en la parte superior de la construcción. No se sabe bien cómo llegó y no se sabe con certeza si algo o alguien la empujó porque la silla de ruedas se desplazó por una rampa hasta salirse de control y acabar en suelo de la planta baja con todo y la chica. Otros aseguran que la chica fue empujada hasta una de las ventanas de donde cayó al vacío.
Fue hasta ese momento que la construcción se suspendió. El dolor del padre por la muerte de su hija fue consumiendo al dueño del inmueble que al poco tiempo regresó solo para quitarse la vida.
Desde entonces “La Casa de los Tubos” quedó abandonada. Los vecinos aseguran que a ciertas horas de la noche se puede ver la silueta de una niña de 12 años. Otros afirman que el fantasma del padre y de la niña vagan en el sitio.
Aquella leyenda motivó la visita de muchas personas con el fin de atestiguar alguno de los hechos sobrenaturales a lo largo de 40 años. Además de estar sin habitar, los grafitis y pintas en el cemento sin pintar de la edificación resaltaban abandono del lugar. Así lucía más lúgubre y misteriosos.
Actualidad de La Casa de los Tubos
En 2015 un despacho de arquitectos compró el predio y remodeló parte de la casa aunque sus característicos tubos siguen en pie. Ahora es habitable y aunque no se tiene registrado ningún hecho extraño, la leyenda sigue presente entre los habitantes de Monterrey.