En tu visita a Michoacán no olvides sus hermosas artesanías
Mencionar el Lugar o la Tierra de Pescadores – significado de Michoacán-, es hablar de uno de los estados más bellos de la República Mexicana, con un pujante crecimiento económico, social y cultural, además de un extenso abanico de manifestaciones artísticas populares, las cuales se representan en las artesanías de Michoacán.
Aquí, la fusión de las culturas indígena y española, ha dado como resultado una artesanía regional única, ampliamente valorada no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero.
De barro, agua y fuego
Guardando un vínculo directo con nuestro pasado prehispánico, la alfarería es quizá una de las expresiones que el hombre más ha utilizado para satisfacer sus necesidades, tanto de utensilios como de representación artística.
Ha servido para crear enseres de la vida cotidiana como vasijas, platos, vasos, ánforas, calentadores, así como para plasmar mediante objetos y esculturas, sus creencias religiosas.
En la artesanía Michoacán, el empleo de técnicas antiguas no ha cambiado con el correr de los años, sino que se han reforzado y mejorado gracias a los procedimientos traídos desde el viejo continente el bruñido, el vidriado y la cerámica de alta temperatura.
Hoy en día, de las hábiles manos de los alfareros, surgen formas sencillas, como pueden ser una taza o una vajilla de barro, figurillas de calaveras con escenas de la vida diaria, hasta las más abstractas e irrepetibles con dibujos multicolores o bruñidas en un verde intenso, como las de Cocucho, Tzintzuntzan, Ichán, Capula, Patamban, Santa Fe de la Laguna o la Cañada de los Once Pueblos, o los “diablitos” de Ocumicho.
Labrando la madera
La naturaleza ha sido bondadosa y ha dotado a esta parte del país con un sinnúmero de recursos naturales. Uno de los más importantes es sin duda su variada riqueza forestal. Muestra de ello son los bosques de oyameles en el noroeste de la entidad que año con año anidan a cientos de miles de mariposas monarca.
Es con los árboles que se les permite cortar, que los habitantes de Quiroga y Cuanajo crean bellos alhajeros o las máscaras utilizadas en la “Danza de los Viejitos”, elaboradas con maderas suaves. De igual manera, conservan viva la tradicional juguetería popular, con la que muchos de nosotros nos hemos divertido cuando pequeños: baleros, yoyos y trompos.
Creación del labrado y talla profunda de la madera, columnas y retablos tienen su origen en las creativas manos de múltiples artesanos, especialmente los de Patamban y Ahuirán, entre otras poblaciones.
Michoacán y su música
Los michoacanos son gente amable y de espíritu alegre. Es por ello que la música está ligada estrechamente con ellos. En noches de fiesta, una guitarra es la mejor compañía para amenizar la velada.
Y es precisamente este instrumento de cuerdas el que ha dado fama mundial a un pequeño poblado purépecha: Paracho. Aquí se elabora una de las guitarras acústicas más reconocidas del mundo, que ha servido para dar renombre a muchos tríos mexicanos, como Los Panchos, los Dandy’s y Tecolines, así como para ofrecer grandes recitales de virtuosos intérpretes. ¿Quién sabe?… tal vez el famoso Concierto de Aranjuez haya sido creado gracias a una guitarra michoacana.
En este pueblo, maderas como el palo de rosa, pino o cedro, dan vida tanto a guitarras como a otra gama de instrumentos musicales, todos ellos finamente elaborados.
Hermosos laqueados
Jícaras, máscaras, cajas y otros objetos de madera, que no tienen nada de extraordinario, dejan de ser comunes gracias a la singular maestría y sensibilidad artística de los artesanos de Uruapan y Pátzcuaro.
Utilizando técnicas de origen prehispánico, como el maque y las lacas, además de pinturas multicolores, surgen de su ingenio animales, flores, formas y paisajes fantásticos con brillantes tonos dorados.
Hacer el viaje hasta estos poblados no le toma mucho tiempo desde Morelia, su capital; lo que si le demorará es escoger alguna de las magníficas bateas, cofres o vasijas laqueadas, ya que todas son únicas.
Forjando el cobre
Visita más que obligada es Santa Clara del Cobre, pueblo que desde hace mucho tiempo se dedica a dar vida a magníficas piezas de arte en un metal que nuestros antepasados supieron moldear con maestría: el cobre.
Por doquier existen casas dedicadas a la venta de espejos, portarretratos, jarras, campanas, vajillas, floreros, relojes y cuanto objeto se pueda hacer en cobre.
Pero lo que quizá la mayoría desconoce, es que muchos de estos comercios en su interior albergan también talleres, donde día con día trabajan desde los más jóvenes hasta los más viejos, forjando a martillazos y puliendo este elemento, cuyo resultado final cobra vida y dimensiones artísticas insospechadas.
En San Felipe de los Herreros, el arte de la metalistería es practicado por hombres rudos que dan forma al hierro en intrincados diseños como puertas, herrajes y escaleras, entre otras cosas.
Tejidos multicolores
Sarapes, fajas, servilletas, manteles, huanengos, camisas, lienzos para enaguas, rebozos y colchas son tejidas en la mayoría de los casos, a la usanza antigua, es decir, en telares de cintura.
En ellos, las mujeres indígenas unen, dan forma y elegancia a motivos geométricos y grecas, figuras de aves, animales y flores finamente elaboradas. Ejemplo de ello son los poblados de Zacán, Tarecuato y Angahuan.
Mantelería, cortinas y ropa de cama de muchos de los hoteles de Michoacán, encomiendan su confección a grandes talleres o indígenas purépechas del estado.
La artesanía de Michoacán manifiesta la vida cultural, costumbres y tradiciones de un pueblo noble y trabajador como es el michoacano, así que cuando estés frente a uno de estos magníficos artículos, te recomiendo que lo compres si regatear, ya que los artesanos dejan parte de su espíritu en cada una de sus obras.
Foto principal:jaimeramosmendez.blogspot.com