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Maravíllate con la “Ciudad de los Ángeles” aquí te decimos cómo
La capital de Puebla, también conocida como “Ciudad de los Ángeles”, es una de las ciudades más bellas y antiguas de México. Su buen clima y ubicación estratégica la convierten en un destino turístico único en nuestro país.
Bajo la imponente presencia de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, esta ciudad presume a los visitantes sus títulos: “heroica” por haber sido sede del triunfo de las tropas mexicanas sobre las francesas en 1862, en la Batalla de Puebla, y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1987.
Acompáñenos a disfrutar su irresistible mezcla de leyendas e historias y todas las actividades recreativas que hay a su alrededor. Solo con pensar en su vasta gastronomía, nos quitamos el sombrero. Por eso ha sido todo un reto elegir 10 sitios y experiencias imperdibles pero estamos seguros que encontrarán motivos suficientes para querer trasladarse a esta maravillosa ciudad y pasar un momento inolvidable en familia. Así es, porque Puebla se camina, se admira y se saborea.
1. La Catedral de Puebla
Iniciamos nuestro recorrido en la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Puebla, una de las principales obras arquitectónicas de toda América. La Catedral se empezó a construir en noviembre de 1575 por órdenes del Rey Felipe II de España y fue consagrada por el obispo Juan de Palafox y Mendoza en 1649. La catedral es de estilo herreriano, con fachadas renacentistas e interiores barrocos.
Pueden ir a una misa cualquier domingo y de paso apreciar el sonido del órgano monumental o si lo prefieren, agendar en la dirección de Turismo un recorrido privado por las zonas reservadas de la Catedral donde, en temporada, podrán apreciar auténticos tesoros religiosos.
Más allá de cualquier religión que se profese vale la pena conocer toda la riqueza que envuelve a la Catedral de Puebla. Y de noche saquen la cámara porque su iluminación es espectacular.
2. La Biblioteca Palafoxiana
La Biblioteca Palafoxiana, un tesoro histórico y cultural resguarda una de las mayores colecciones de conocimiento humano. Fue establecida por el obispo Juan de Palafox y Mendoza en 1646, al donar a los colegios tridentinos 5000 volúmenes de su colección personal.
El obispo de la angelópolis estipuló ante notario público que cualquier persona que supiera leer, tendría derecho a la lectura; siendo así la primera biblioteca pública de América. Establecida desde entonces en el corazón de la ciudad de Puebla, es emblema del barroco y tiene un fondo bibliográfico antiguo de 45,059 volúmenes.
Y para que se den una idea de su valor histórico aquí se ubican “Los nueve libros de la Historia”, escritos por Herodoto, publicados en 1473, se trata del ejemplar más antiguo del acervo palafoxiano. Además, por su estado de conservación e importancia, la biblioteca mereció por parte de la Unesco el nombramiento de Memoria del Mundo.
3. La Capilla del Rosario
Cuando hablamos de la Capilla del Rosario como un imperdible nos quedamos cortos porque es considerada la octava Maravilla del Nuevo Mundo. Nadie imagina lo que este lugar tiene reservado cuando se camina por la calle 5 de mayo y topamos con la austera fachada de cantera gris del templo de Santo Domingo.
Apenas entres, te encontrarás frente a una obra maestra de la arquitectura y la decoración barroca. El magistral retablo del altar mayor, el púlpito de ónix y el trabajo en yeso y hoja de oro contribuyen a su extravagante decorado. Sin embargo, es la Capilla del Rosario, que se encuentra en el lado sur del altar mayor, la que muestra la ornamentación más suntuosa del interior de esta iglesia.
4. La Calle de los dulces
Llegamos a la Calle de los Dulces, una parada obligada en la ciudad de Puebla. La cita es en la calle 6 Oriente para comprar las deliciosas tortitas de Santa Clara pero también para conocer un poco sobre la historia que encierra este sitio:
-Aquí se encuentra el antiguo convento de monjas clarisas, quienes desde el siglo XVIII elaboran deliciosos rompopes, dulces y galletas, de diferentes formas y presentaciones que combinan recetas e ingredientes.
-Actualmente, a lo largo de esta calle hay numerosos comercios que ofrecen los populares dulces y dan a conocer la tradición poblana del trabajo artesanal e imaginación conventual.
-Visiten “El Lirio”, este comercio tiene más de 115 años de antigüedad y aquí van a encontrar en medio de una decoración centenaria: palanquetas de cacahuate y de pepita, cocadas horneadas, macarrones de leche, bolas de piñón o de nuez, dulces de almendra y canela, yemitas de piñón, borrachitos, así como las famosas tortitas de Santa Clara.
-Pero no es la única alternativa hay más de 40 tiendas como “La Gran Fama” o “La Puebla”, entre otras, que con el pasar de los años se han ido convirtiendo en empresas familiares para atender la demanda diaria del turismo local y extranjero.
5. Museos
Una de las mejores y más divertidas maneras de conocer todo el acervo cultural con el que cuenta la ciudad de Puebla es a través de sus museos. Y nada mejor que conocerlos en las visitas nocturnas que ofrece la ciudad a través de las Noches de Museos, un programa en el cual el horario de los principales recintos de la ciudad extiende hasta las 21:00 y 22:00 horas con entrada gratuita a partir de las 17:00 horas.
Una manera inmejorable de acercarnos a su acervo porque la ciudad de Puebla ocupa el segundo lugar del país con mayor cantidad de museos y espacios de exposición. No pueden perderse el Museo Regional Casa del Alfeñique, joya arquitectónica de gran valor que resguarda, entre su vasto acervo, el vestido original de la China Poblana.
Y ni qué decir del Museo Universitario Casa de los Muñecos o el Museo del Tecnológico de Monterrey el cual acerca la cultura a la sociedad a través de diversas acciones que involucran a sus estudiantes. El Museo de la Revolución Mexicana “Casa de los Hermanos Serdán”, el Barrio del Artista o el Museo Viviente, que le encanta a los niños.
No hay pretexto para no acercarse a los recintos poblanos, vayan uno a uno o en tour, aprovechen las Noches de Museo y vivan esta experiencia.
6. Las compras
Un excelente motivo para visitar la ciudad de Puebla es la compra de artesanías. El talento poblano está impregnado en todos los rincones del estado, siendo la talavera uno de sus principales productos.
Este estilo se desarrolló gracias a la arcilla de buena calidad que abunda en la región y al rápido progreso de los artesanos que aprendieron a combinar los diseños locales con los métodos españoles. La técnica fue usada para decorar los mosaicos que aún adornan muchos edificios de la ciudad y más tarde se comenzó a utilizar en vasijas, platos y otros enseres.
Eso sí, la talavera poblana cuenta con denominación de origen, que le provee de protección legal contra manufacturas similares que busquen sacar ventaja de los productos auténticos. Puebla es también un sitio con comercios centenarios, a lo largo de la ciudad hay anticuarios que ofrecen los más variados productos.
En contraste los más modernos e innovadores centros comerciales se extienden en la Angelópolis, al igual que tianguis y mercados que hacen que un día de compras sea de lo más provechoso para todos los bolsillos y todos gustos. Y qué me dices del Parián, a tres cuadras del zócalo se encuentra este espacio popular que resulta la mejor opción para adquirir artesanías tradicionales poblanas.
7. Gastronomía poblana
Hablar de Puebla como destino gastronómico de primer nivel es un asunto obligado. ¿quién no ha viajado a esta ciudad únicamente para vivir una experiencia llena de sabor y tradición?
El origen de la cocina poblana se encuentra en los fogones de los conventos y en las cocinas de las casas de los mestizos y criollos. Fue en esos templos de sabor donde las mujeres mezclaron productos de la región con ingredientes del viejo mundo, tales como el aceite de oliva, trigo, cebolla y ajo. La capital poblana ofrece una amplia gama de alternativas para gozar de sus platillos más tradicionales.
Algunos restaurantes son: La Casita Poblana, La Casa de los Muñecos, Casa Reyna o la Casona de la China Poblana, son algunos de los mejores. Pero también está El Sueño o el Mural de los Poblanos. Y eso sí, estén seguros que en todos encontrarán, en temporada, los deliciosos chiles en nogada, el mole de caderas o gusanos de maguey. Y desde luego el platillo estelar: el mole poblano.
Si quieren degustar el sazón más tradicional de Puebla y acceder a una enorme variedad de platillos, el Mercado de Sabores Poblanos es la mejor opción, y sus precios son bastante accesibles. Este se encuentra en el cruce de las calles 11 norte y 18 poniente.
8. Plazuela de los Sapos
En el centro histórico de la ciudad de Puebla hay un barrio en el que entre sus magníficos y elegantes edificios coloniales se han instalado un sinfín de tiendas de antigüedades, de muebles rústicos y de muchas otras cosas. Es el lugar ideal para chacharear los fines de semana. Si bien las tiendas establecidas atienden toda la semana, sábados y domingos se instala a partir de las 10 de la mañana el bazar de los sapos, un paseo obligado de coleccionistas y gente en busca de antigüedades y objetos raros que a veces resultan una gran alternativa para decorar la casa.
El callejón de los sapos se encuentra en la calle 6 Sur, entre la 5 y la 7 Oriente, allí encontrarán además restaurantes y uno que otro bar en medio de un escenario colonial incomparable. Una escapada ideal de fin de semana.
Y hablando de bares no pueden perderse una visita a la famosa cantina “la Pasita”, inaugurada en 1916 por el señor Emilio Contreras que, a pesar del tiempo no pasa de moda, al contrario. A lo largo de su historia ha sido visitada por artistas, políticos y personalidades de la cultura de Puebla y México. Este sitio de pequeñas dimensiones es reconocido justamente por su tradicional bebida: “Pasita” un licor de pasa que se sirve con una pequeña porción de queso y una fruta seca. Aquí dicen sus dueños que de lo bueno poco y a las 5:30 cierra sus puertas.
9. Estrella de Puebla
Si buscan sacar fotos panorámicas de la ciudad de Puebla y a la vez pasar un rato agradable en familia pues no pueden dejar de visitar La Estrella de Puebla. Se trata de la rueda de observación transportable con mayor diámetro del mundo, con reconocimiento Guinness. Mide 80 metros de altura.
Esta rueda ubicada en la zona de Angelópolis cuenta con 54 góndolas con una capacidad de ocho pasajeros cada una, para que toda una familia pueda disfrutar de la vista. Pero también posee cuatro góndolas de lujo, donde su piso de vidrio hará que el paseo sea más emocionante. El tiempo promedio del recorrido de la rueda es de tres vueltas por hora.
Aquí encontrarán 2 restaurantes, 3 lagos artificiales, 2 pistas de trote y un paso elevado de 800 metros; además se encuentra cerca de uno de los centros comerciales más populares de Puebla. La Estrella la pueden visitar entre semana de las 4:00 de la tarde a las 9:30 de la noche y fines de semana de las 11:00 de la mañana hasta las 9:30 de la noche. El costo general, para que tomen nota es de 30 pesos.
10. Paseo de San Francisco
El Paseo de San Francisco es todo un punto de encuentro de poblanos y turistas. Para disfrutarlo al máximo, nada como iniciar el recorrido en el Templo Conventual de San Francisco, el más antiguo de Puebla, fundado en el siglo XVI. En el interior aguarda la Capilla de la Virgen Conquistadora, la pequeña imagen estofada que Hernán Cortés habría de obsequiar a uno de sus aliados tlaxcaltecas.
Si se camina por el Callejón de la 10 norte se accede al Paseo de San Francisco, un espacio que agrupa al Hotel La Purificadora, un amplio centro comercial y el Centro de Convenciones. Este hotel es la personificación de una fábrica purificadora de agua del siglo XIX, remodelada por el reconocido arquitecto mexicano Ricardo Legorreta y lo mejor de aquí es su terraza. Si van de romance vayan por la tarde para que vean cómo se pone el sol mientras toman un coctelito.
El Paseo San Francisco es un espacio verde único dentro de la ciudad, combina perfectamente con el espacio arquitectónico, es un lugar ideal para darse un respiro. Al momento de atravesar los jardines se encontrarán también con la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Ángeles Espinosa Yglesias y a unos cuantos pasos queda el Hotel Casareyna, otro hotel boutique que llama al turismo sobre todo por su oferta gastronómica.