¡No apto para miedosos! Conoce la leyenda de Teúl
Entre los habitantes del Teúl todavía circulan leyendas y tradiciones que vienen de épocas muy remotas. Conservan el recuerdo de cuando los españoles bajaron a los indios del cerro-fortaleza después de encarnizadas luchas, y los esclavizaron. Cuenta la leyenda de Teúl que, hasta hace muy poco tiempo, había un indio que tenía tres hijas que el pueblo llamaba “las sacerdotisas”, eran curanderas y practicaban la hechicería.
Todos los habitantes de Teúl saben que dentro del cerro hay una laguna y que por eso brotan los manantiales que existen en la cumbre y al pie.
Ya se han hecho intentos de perforar la montaña para aprovechar plenamente el agua de esa laguna, pero no se ha tenido éxito. Cierta vez, unos vecinos penetraron a la cueva que se llama la Puerta del Cerro. A poco andar encontraron un toro bravo que trató de impedirles el paso. Lo desafiaron y el toro huyó. Siguieron caminando y entonces fue un chivo descomunal el que les impedía el paso, pero al final también huyó.
Cuenta la leyenda de Teúl que se internaron más en la caverna y una gran serpiente les impidió el paso y tuvieron que regresar.
Sin embargo, todo mundo sabe que si hubieran vencido este último obstáculo hubieran encontrado dentro un ameno huerto donde crecen plantas de chile, jitomates y árboles frutales junto a ríos cristalinos, y que en medio de aquel paraíso se encuentran, ahora convertidos en estatuas de oro macizo, el toro, el chivo y la serpiente.
Nótese en que en esta leyenda de Teúl, como en muchas otras, el recuerdo que el pueblo conserva de su antigua religión prehispánica que preconizaba la existencia de un mundo subterráneo donde estaba situado el paraíso de Tláloc, señor de las aguas.