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Leyenda de la Misión de San Francisco Javier en Loreto

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Tan impresionante como resulta su visita hoy en día, es la leyenda de BCS, la historia de la Misión de San Francisco Javier en el municipio de Loreto en Baja California Sur, aquí su historia.

En 1699, el padre Francisco María Píccolo, introducido por un indígena cochimí converso Francisco Javier, fundó en una zona llamada Viggé Biaundó al suroeste de Loreto, la Misión de San Francisco Javier; sin embargo, por los continuos ataques de los naturales, la abandonó en 1703.

Ese mismo año, el padre Juan de Ugarte intentaría restablecerla. Una vez allí, despidió a sus soldados y se quedó solo, a merced de los naturales, quienes poco a poco regresaron a la doctrina y a las labores de la misión. Ugarte se convertía en leyenda:

Un día preguntó a un grupo de insolentes, quién era su mejor luchador; identificado, le tomó del brazo y apretó hasta que gritó de dolor. En otra ocasión, se topó con chimbiká, un peligroso felino de la montaña, considerado sagrado. Ugarte lo mató de una pedrada; los cochimíes le admiraron y respetaron.

Agobiado por tanta carencia, Salvatierra propuso abandonar California; Ugarte se arrodilló ante la Virgen de Loreto y prometió que él jamás abandonaría su puesto; tal decisión salvó las misiones.

En San Javier, Ugarte construyó represas y canales para riego; sembró cereales, plantó árboles frutales y vides, elaborando el primer vino de California; la misión era autosuficiente, pero en condiciones adversas, participó con los indios de la misión en la pesca y recolección de frutos y raíces. También introdujo la ganadería, la explotación comunal del campo, oficios y, bajo su dirección, construyeron la iglesia, sus casas, un hospital y escuelas.

En 1717 muere el padre Salvatierra y el padre Ugarte lo sustituye como Superior de la California, continuando infatigable la fundación de misiones, exploraciones por tierra y por mar, en la balandra que construyó con sus neófitos, amén de la enseñanza del Evangelio. Gran intelectual y catedrático, dedicó 30 años su vida a los ‘indios californios’, hasta su muerte, el 29 de diciembre de 1730. Por su obra, el padre Francisco Javier Alegre le llamó “Apóstol, Padre y Atlante de la California”.

Reconstrucción de la Misión de San Francisco Javier en Loreto

Catorce años después de su muerte, el padre Miguel del Barco inició la construcción de la actual iglesia de San Francisco Javier, la cual concluyó en 1758; allí descansan los restos del legendario padre Ugarte.

 

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