Playas
Hermosillo, Sonora: todo lo que hay que visitar, comer y beber
Además de ser una ciudad industrial, de servicios y turismo de negocios, Hermosillo, Sonora, nos recuerda a cada momento la belleza de la naturaleza con sus coloridos atardeceres, con sus paisajes desérticos y playas de azules y apacibles mares que nos invitan a la introspección y al deleite del entorno. Hermosillo, Sonora ofrece una amplia gama de opciones para aquellos que buscan entretenimiento, arte, cultura, historia, playas, hoteles de renombre nacional e internacional, resorts, spas, museos, interesantes arquitecturas modernas, una variada y rica gastronomía regional y una mirada cercana a las etnias que aún mantienen vivas sus tradiciones.
¿Qué hacer en Hermosillo, Sonora?
Ver el atardecer desde el Cerro de la Campana.
De día o de noche, el emblemático Cerro de La Campana es una visita obligada para todo aquel que viaja a Hermosillo. Accesible a pie o en auto, su mirador ofrece extraordinarias vistas panorámicas de la ciudad del sol que se extiende hasta el horizonte.
Pasear por la ciudad a bordo del Trolebús.
Con varias rutas históricas y culturales, el nostálgico Trolebús turístico es una excelente opción para conocer las calles de la ciudad, su historia, atracciones y sobre todo, las muchas leyendas que los rodean y los personajes que en ellas vivieron.
Recorrer la Plaza Zaragoza.
Adornada con un magnífico quiosco florentino, la plaza es el corazón del centro de la ciudad. La rodean atractivos como el Palacio de Gobierno, decorado con extraordinarios murales históricos, y la impresionante catedral neoclásica de la Asunción, una joya arquitectónica que tardó más de un siglo en terminarse.
Hacer sandboarding en las dunas de San Nicolás.
En la Bahía de Kino se encuentra uno de los destinos más primorosos y divertidos del norte de la República: las Dunas de San Nicolás. Estas monumentales colinas de arena fueron la cuna del sandboarding en México, un deporte que, aunque emocionante, es ideal para toda la familia.
Por cierto que la imagen de Bahía de Kino nos remonta al típico paraíso mexicano que vemos en las películas: un apacible pueblo a la orilla del mar que invita a relajase y disfrutar del sol y la tranquilidad. El pueblo lleva este nombre en honor al Padre Eusebio Kino, un misionero jesuita que estableció en este lugar a finales del siglo 17, una pequeña misión para los indígenas Seri. Se ubica a 110 kilómetros al oeste de Hermosillo, rodeado por 10 kilómetros de litoral del hermoso y pacífico Mar de Cortés.
Kino se divide en 2: Kino Viejo y Kino Nuevo. Kino Viejo es una tranquila villa de pescadores sin básicamente ningún tipo de atractivo, en la cual los locales cierran las 8 p.m. Por su parte, Kino Nuevo, ubicado al oeste, es donde se disfruta básicamente la mayor parte del tiempo. La playa principal ofrece un pedazo de paraíso, ideal para nadar y descansar.
Admirar la puesta del sol en el Bosque de Sahuaros.
No muy lejos de las dunas se encuentra el Bosque de los Sahuaros, un mágico conjunto de cientos de cactus gigantes en pleno desierto sonorense, hogar de todo tipo de criaturas. Al atardecer, las monumentales sombras que proyectan los gigantes son todo un espectáculo para la vista.
Visitar los museos de Hermosillo.
Tanto el Museo de Arte de Sonora como el Museo de Culturas Populares e Indígenas son la entrada a un mundo de historia y tradición sublimadas en magníficas creaciones de arte y color, expresiones atemporales de la rica identidad de la ciudad y sus pobladores.
Visitar la Isla Tiburón
Fue la primera isla del Golfo de California en considerarse Reserva Ecológica por decreto presidencial y se considera la más grande de la República Mexicana, como reserva ecológica, esta isla comprende una extensión de 120,100 hectáreas, dentro de las cuales se encuentran las pequeñas islas de San Esteban, Turner y Patos.
La Isla Tiburón, la más grande de la República, estuvo habitada por los seris, quienes atribuyen al lugar un alto significado religioso.
Disfrutar de las aguas de San Carlos.
A poco menos de dos horas de Hermosillo, Sonora se encuentra San Carlos, Nuevo Guaymas, una comunidad famosa por las preciosas playas de aguas claras de su Mar de Cortés, ideales para bucear, esnorquelear o hacer pesca deportiva. En tierra también hay mucho que hacer, pues cuenta con un campo de golf de 18 hoyos, dos marinas de clase mundial y docenas de restaurantes de todo tipo.
Pasear por el Centro Ecológico de Sonora.
El jardín-zoológico “Centro Ecológico de Sonora” está dedicado a promover la riqueza natural del estado, exponiendo la flora y fauna de la montaña, la pradera, el desierto y el mar de Cortés, con más de 300 especies vegetales y casi 200 animales.
Escaparte a Ures.
A 80 kilómetros de Hermosillo se encuentra Ures, una de las ciudades más antiguas del estado y cruzada por el Río Sonora. Por su rica historia y su encanto callado, vale la pena visitar la Plaza de Armas, decorada con cuatro esculturas de bronce del siglo XVIII, la blanca Misión de San Miguel, por supuesto, probar su exquisito piloncillo, la especialidad local.
¿Qué comer y beber en Hermosillo, Sonora?
En Bahía Kino también podrás deleitarte con los mejores ejemplos de la cocina de la costa sonorense como el camarón palapeño y la langosta, o bien el camarón a la parrilla, las almejas al vapor y el exquisito pescado a la cebolla. Aunque si de comida típica se trata no dejes de probar las coyotas, una tortilla de harina de trigo rellena de piloncillo, por la popularidad de este postre actualmente se exporta a Arizona pero se planea que pronto puedas conseguirse en cualquier parte de Estados Unidos.
Hermosillo es una ciudad para comer como si no hubiera un mañana. Desde la carne asada de su restaurante Xochimilco, que se dice es la mejor de todo México, hasta las dulces Coyotas de trigo y piloncillo de Doña María, y el ancestral destilado de agave Bacanora, es muy probable que los mejores recuerdos de tu viaje se creen sentado a la mesa.