Pueblos mágicos
Pueblos mágicos del Estado de México que te quedan “aquí a la vuelta”
Los pueblos mágicos del Estado de México tienen la ventaja de quedarte muy cerca si vives en la Ciudad de México.
Por eso, si te das una escapada de fin de semana, en tres meses ya palomeaste los 10 pueblos en tu lista de viajes.
Los pueblos mágicos del Estado de México que llegaron primero
Descubre en este mapa la ubicación de los 10 pueblos mágicos del Estado de México y organízate 10 escapadas repletas de magia y diversión.
Tepotzotlán, el del convento
El primero de los pueblos mágicos del Estado de México en ser nombrado fue Tepotzotlán en 2002.
Famoso por sus tradicionales pastorelas en diciembre, este rincón es perfecto para ir a desayunar delicioso y recorrer su antiguo convento jesuita.
Al llegar ahí, te olvidarás de la ciudad gracias a su toque provincial, su Plaza que luce una gran cruz en el atrio y su típico kiosco con techo de tejas, que ve pasar la cotidianidad del pueblo.
Los fines de semana, se instalan alegres mercados y puestos de comida. También es disfrutable comer en los portales, desde donde la tarde caerá con calma.
No dejes de visitar el Templo de San Francisco Javier, una de las más destacadas obras barrocas del país, se aloja desde 1964 el Museo Nacional del Virreinato.
Visita la Plaza de las Artesanías, donde se apilan cestos, muebles rústicos, capillas de barro en miniatura y figuras de cera.
También puedes ir a tomar fotos a su acueducto monumental del siglo XVII, de cuatro niveles, 43 arcos, 61 metros de altura y 438 metros de longitud.
Por último, respirar aire puro en el Parque Estatal Sierra de Tepotzotlán, zona de preservación ecológica rodeada de bosques de encino, matorrales, prados, cactus y agaves.
Se localiza a una hora con 20 minutos de CDMX.
Valle de Bravo, el más hermoso de los pueblos mágicos del Estado de México
Valle de Bravo se disfruta en el agua, en el bosque y en el aire. Es declarado pueblo mágico desde 2005 y no hay poder humano que le quite el nombramiento.
Su cantidad de actividades al aire libre, la variedad de opciones gastronómicas que ofrece, sus fiestas y encantadoras opciones de hospedaje hacen de este uno de los pueblos mágicos del Estado de México más visitados.
Los más aventados querrán lanzarse desde Monte Alto en parapente, practicar standup paddle en el lago o perdiéndose en el bosque en una cuatrimoto.
También resulta un deleite caminar entre sus calles adoquinadas serpenteantes, conocer sus templos, dar un paseo por la alameda para comprar artesanías.
No dejes de probar la cecina vallesana, el atole de guayaba o de alpiste, las alcachofas nadando en queso, los churros y las paletas de zarzamora, y por supuesto, los ricos tamales canarios.
Se localiza a dos horas de la Ciudad de México.
Malinalco, el de la pirámide
Fue en 2010 cuando Malinalco recibió el nombramiento de pueblo mágico y con toda la razón.
Distinguido por sus variadas opciones para el relax, Malinalco resguarda una zona arqueológica de gran importancia, Cuauhtinchán, enmedio de la montaña Texcaltepec, descubierta en 1933.
Malinalco es como una postal de casas multicolores tupidas de flores, calles empedradas, centros holísticos de retiro y sanación sobre un hermoso valle al pie de las montañas.
El pueblo tiene un calendario nutrido de fiestas durante todo el año especialmente en sus poblados cercanos y también posee diversos escenarios de cultura arqueológica, histórica arquitectura y actividades en la naturaleza.
Y algo que también destaca en este destino es su deliciosa gastronomía, no sólo la de sus restaurantes más cotizados, las enchiladas del zócalo serán de las mejores que has probado en tu vida. Es fácil distinguirlas a la hora de la cena por las largas filas.
Malinalco se localiza a menos de dos horas y media de la CDMX.
El Oro, edén natural
2011 fue un buen año para El Oro porque se convirtió oficialmente en pueblo mágico, aunque lo era desde hace muchos años atrás.
Este es uno de los pueblos mágicos del Estado de México que parecen salidos de una postal, una que refleja entre nostalgia y romanticismo.
Pasar un fin de semana en este pueblo es perderse entre edificios señoriales de estilos art nouveau y neoclásico y calles empedradas que se comunican al Jardín Madero, que a su vez, observa el pasar del pueblo entre una arboleda.
Los lugareños pasan por su pan recién salido del horno acompañado de un cafecito a las panaderías antes de ir a trabajar.
Cuando es hora de descansar, los alrededores de El Oro esperarán con frondosos bosques de pino y cedro para invitar al descanso y la relajación.
Otras opciones serán las Presas Brockman y Victoria, además de uno de los santuarios de la mariposa monarca.
Se encuentra a dos horas con 40 minutos de distancia de la CDMX.
Metepec, el del árbol de la vida
Desde 2012 que comenzó a formar parte de los pueblos mágicos del Estado de México, Metepec llamó la atención de los viajeros.
Muchos ya lo conocían por ser el lugar de origen de las tradicionales artesanías conocidas como árboles de la vida, y otros tantos por sus pagadora garañona, un licor de un verde tan intenso como sus efectos etílicos.
En Metepec se combinan edificios modernos con construcciones coloniales. Hay que tomarse el tiempo para conocer el ambiente bohemio de sus alfareros y talabarteros, para por la noche, elegir entre un sinfín de opciones para la cena.
No dejes de pasear por pintorescos barrios como Santa Cruz, San Mateo, San Miguel, Coaxustenco y Santiaguito, cada uno con atractivos y detalles únicos. Su clima es agradable, a pesar de encontrarse tan cerca de Toluca se mantiene en los 14 ºC.
Metepec se localiza a solo una hora con 20 minutos de la Ciudad de México, aquí a la vuelta.
Los pueblos mágicos del Estado de México más recientes en la lista
Pero la selección continuó, y otros pueblos con encanto se unieron a la lista de pueblos mágicos del Estado de México.
Puede ser que los nuevos no sean tan pintorescos como los primeros pero tienen algo valioso que los hace mágicos.
2015 fue el año en el que estos 4 pueblos mágicos recibieron el nombramiento de pueblos mágicos del Estado de México, sigue leyendo para enterarte por qué.
San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides
La importancia de ambos pueblos mágicos del Estado de México radica en su cercanía con la zona arqueológica de Teotihuacán, Patrimonio de la Humanidad y la más visitada del país.
Su cultura colonial, exquisitas delicias gastronómicas, atractivos y artesanías, los hicieron merecedores del nombramiento.
Pero no es solamente la zona arqueológica lo que tiene para ofrecer a sus visitantes. Una vez que hayas pasado todo el día en Teotihuacán conoce el Ex Convento de San Juan Bautista y el Templo de Nuestra Señora de la Purificación.
Sin embargo, tu experiencia estará completa hasta volar en globo aerostático para tener la mejor panorámica de ambos pueblos.
Otras actividades que resultan interesantes son por ejemplo, tomar un baño de temazcal, dirigido por alguno de los chamanes de los pueblos, que preparan toda una ceremonia de sanación.
O, explorar el Jardín Botánico, con una extensión de 15 hectáreas en las que habitan cactáceas de todo el país. Cuenta con instalaciones para acampar, practicar rappel y lanzarse en tirolesa.
Ambos pueblos mágicos del Estado de México se localizan más o menos a una hora y media de la CDMX.
Ixtapan de la Sal, el favorito de los pueblos mágicos del Estado de México para los niños
Su clima cálido y sus aguas termales han hecho de Ixtapan de la Sal un destino favorito de las familias y de quienes gustan de una total relajación.
Sus hoteles, spas, parajes naturales y campo de golf de 18 hoyos le han dado suficientes motivos para ser visitado de forma regular, sin contar sus pintorescas calles y atractivos arquitectónicos, que completan una grata experiencia.
No hay que dejar de visitar las Grutas de la Estrella, que poseen cascadas, dos ríos subterráneos y fabulosas formaciones de estalactitas y estalagmitas.
Por cierto, un favorito de los más pequeños y que no podemos dejar de mencionar es su parque acuático Ixtapan de la sal, que presume de aguas azufrosas y curativas para los más grandecitos.
Pero algo que no puedes dejar de hacer es acudir al tianguis de los domingos, donde encontrarás productos y alimentos de la región, además de artesanías talladas en madera de copalillo, alfarería vidriada de Tecomatepec y tejidos.
Ixtapan de la Sal se encuentra a 2 horas de la CDMX.
Villa del Carbón, de herencia francesa
Rodeado de bosques y presas se encuentra Villa del Carbón, ideal para ir a comer truchas o barbacoa, comprar artículos de piel o divertirse en la naturaleza durante el fin de semana.
Te encontrarás con centros ecoturísticos perfectos para la relajación y el esparcimiento, pero también con la típica atmósfera que uno espera encontrar en un pueblo mágico, colorida, tradicional, entre casas de piedra con techos de teja y puertas de madera, desde donde salen oriundos sonrientes y dispuestos a hablarte de los mejores sitios para visitar o los mejores sabores a probar.
Aunque ya no vive del carbón, este pueblo continua siendo una alegre villa, con arquitectura que te transporta en el tiempo y parajes naturales que te haránquerer regresar.
No dejes de practicar senderismo en el Cerro de la Bufa, rodeado por impresionante vegetación, manantiales y riachuelos, a una altitud 3,600 metros sobre el nivel del mar.
Y date un chapuzón en las aguas termales de El Chinguirito, un valle enclavado en las montañas con albercas y chapoteadero.
Se localiza a 2 horas con 15 minutos de CDMX.
Aculco
Este Pueblo Mágico ubicado al extremo norte del Estado de México destaca por sus bellos escenarios. Al rededor del centro tendrás como telón de fondo las montañas. Y si vas más allá te encontrarás con peñas y cascadas
Escondido en el altiplano mexicano, este pueblo conjunta excelente clima, con imponente arquitectura, increíbles paisajes naturales, artesanías de gran valor y gastronomía imperdible.
Es imperativo probar la barbacoa y las carnitas, pero también los escamoles. Lleva a casa los quesos, mantequillas, cremas y otros productos lácteos.
Pasea por la Montaña Ñadó, que integra el agua de varios arroyos que bajan de las laderas de las montañas cercanas, formando una presa del mismo nombre.
Y no pierdas detalle del paisaje en la cascada Cascada Tixhiñú, formada por la corriente del Río Ñadó al penetrar en una barranca basáltica de paredes verticales de unos 30 metros de altura.
Al terminar la tarde, observa el proceso de elaboración del queso artesanal en sus presentaciones como queso oaxaca o queso manchego.
Está a 2 horas y media de la Ciudad de México.