Guanajuato
Las leyendas más famosas de Guanajuato
¿Te encanta ir a Guanajuato? Entonces, seguramente ya has escuchado alguna de estas leyendas; trágicas o aterradoras pero sin duda, forman parte del bagaje cultural que conforma a este bello estado. Estas son 5 de las leyendas más populares que los guanajuatenses han contado generación tras generación, ¡te invitamos a conocerlas!
5. Leyenda: Los monjes de la calle subterránea
Hace algunos años, el actual Teatro Juárez fue el convento de San Pedro de Alcántara, una joya arquitectónica derribada a causa de una extraña venta a don Encarnación Serrano, hombre ambiciosos que comenzó la construcción de un hotel, a pesar de la desaprobación de los vecinos. Mientras se hacían las obras del nuevo edificio la cúpula cayó sobre unos pobres albañiles, hecho que en conjunto con las extrañas y mortales enfermedades que sufrieron los huéspedes una vez concluida la obra se consideró la consecuencia lógica de la maldición.
Durante muchas ocasiones han aparecido un par de monjes encapuchados entre las dos o tres de la madrugada, quienes atraviesan el teatro para después bajar a la calle y perderse en la parte posterior del hotel San Diego musitando una oración.
4. Leyenda: El cerro de la Bufa
Cuentan que en el cerro de la Bufa vive una princesa encantada que sale cada jueves festivo a buscar el varón que le conduzca al altar mayor de la Basílica de Guanajuato. Dicho acto llenaría nuevamente a la ciudad de riquezas y regresaría a la dama su condición humana. Cuando un caballero pretende rescatarla llevándola en brazos, ruidos extraños se producen a sus espaldas, y si el hombre voltea, la hermosa princesa se convierte en una horrible serpiente. Cuatro siglos han pasado y ningún caballero ha tenido la tenacidad para aprobar el reto y deshacer el hechizo. Una de las leyendas más populares.
3. Leyenda: La condesa del pedreguero
Durante el siglo XVIII, vivió una condesa de enorme fortuna e incomparable belleza conocida por sus aventuras amorosas, crímenes y extravagancias. Un día, llena de nostalgia, se obsesionó con casarse con un apuesto mestizo, quien no correspondía a su amor, y había tomado por esposa a una humilde joven a la que en verdad amaba. La Condesa se sintió humillada y planeó una venganza. Mientras se divertía con los mozos de sus haciendas, para después torturarlos y empardarlos vivios, mandó construir un túnel a la morada de la esposa de su amado para huir al momento de asesinarla. Pero un día, enfermó gravemente.
En soledad y arrepentida de su maldad, solicitó un confesor y cambió su testamento en beneficio de los pobres para revindicar todo el mal hecho. Sus deseos no fueron realizados después de su muerte, por lo que se dice que anda penando, y en ocasiones esconde la ropa de los caballeros que habitan Guanajuato.
2. Leyenda: El callejón de la buena muerte
Hace ya muchos años vivía una anciana mujer en uno de los callejones de la ciudad. Esta mujer acompañada de su nieto, pedía limosna para sobrellevar su miseria. La muerte se le presentó un día ofreciéndole mantener con bien a su nieto a cambio de que ella se quedara ciega, durante el resto de sus días. La anciana aceptó la propuesta sin pensarlo. Tiempo después, la mujer enfermó y mientras ella y su nieto dormían, la muerte se apareció nuevamente, ofreciéndole a la anciana dejarla vivir un poco más a cambio de los ojos de su nieto, ella se negó y prefirió que ambos murieran esa noche. Desde aquel entonces, la muerte se aparece en la calle donde vivieron la abuela y su nieto, incluso los vecinos erigieron una capilla en honor señor del buen viaje en honor al suceso.
1. El callejón del beso, de las leyendas más famosas
Antiguamente en el Callejón del Beso vivieron dos enamorados, Ana y Carlos. Ella era una rica española que vivía en el lado izquierdo del estrecho callejón, y Carlos, un pobre minero que vivía en el lado derecho. El padre de Ana se oponía a la relación y les prohibió mantener su romance. Ana no lo tomó en serio, y una noche, mientras los amantes se encontraban en el balcón, el padre de Ana le enterró una daga en la espalda a su propia hija, quien alcanzó a estirar su brazo derecho permitiendo que Carlos le otorgara le último beso en el dorso de la mano.
El callejón del beso es, sin duda, una de las leyendas más populares no sólo de Guanajuato, sino de México.