Guanajuato
Mejores restaurantes en León, Guanajuato
En esta importante ciudad del Bajío disfrutarás mucho de la hora del desayuno, la comida o la cena. Te dejo a continuación algunos lugares que siempre me han recomendado para saciar mi búsqueda de la gastronomía en grande de León, Guanajuato.
Mejores restaurantes en León, Guanajuato
Ubicado en la colonia la Martinica, Restaurante Los Azulejos. La especialidad del lugar es la cocina tradicional y son famosos sus deliciosos chiles en nogada, además se recomienda pedir la lengua veracruzana y los champiñones azulejos.
Luce instalaciones decoradas con talavera de puebla, en un ambiente con plantas que te hace sentir en jardín mágico, y en el cual, se montan obras de teatro en un pequeño escenario ubicado en el centro del restaurante. Servicio y limpieza garantizados para toda tu familia, amigos o pareja.
La tauromaquia ha permeado desde siempre en la sociedad leonesa, y este de acuerdo o no, el siguiente restaurante en tu visita no debe faltarte: Panteón Taurino “El Tradicional”.
La base son las botanas, así que a chupar y con gusto te llevarán desde chicharrones con salsa hasta arrachera, también puedes checar su menú de platillos tradicionales como: cecina con chistorra, champiñones al cascabel y a la crema, milanesa gaonera, quesadillas capotazo, pechuga al ruedo, etcétera, etc.
Mejores restaurantes en León, Guanajuato – Las Monjas de León
Se trata de un lugar obligado de la gente bonita de León Guanajuato, un lugar de mucha tradición y gran ambiente. Hay también un museo con la historia de algunos importantes toreros nacionales y extranjeros.
Otro lugar obligado en León se llama Las Monjas. De larga tradición de más de 30 años en los cuales todos salen mucho más que satisfechos con la sazón. Comida y platillos sencillos que seguro te deleitarán.
Aquí la cecina, el bistec, el chorizo, el chicharrón, lomo, costilla y quesadillas en jugo de bistec, son deliciosos. Puedes pedir un plato surtido para disfrutar de todos en una misma ocasión. Salsas y tortillas hechas a mano. Al final es imperdible un churro u otro pan dulce que resulta todo un “bocata di cardinale” con todo y su atole con piloncillo.
Eso sí, vete sin prisas, pues siempre está lleno pero atienden muy rápido, y créeme, vale la pena cualquier espera.