Internacional
Xalapa y Coatepec: travesía con aroma a café
Desde que probé el café por primera vez me enamoré de su sabor y su aroma. Descubrí que es una bebida compleja y delicada, con notas inexplicables que dependen de la composición de la tierra, la generosidad de la lluvia y hasta la altura del terreno en donde se cultiva. Por eso, he dedicado mis vacaciones y días libres a viajar por México, en busca del mejor café. Esta vez, decidí viajar a Veracruz para probar el café de Xalapa y Coatepec.
En este mapa marqué los lugares que visité en mi viaje, en Xalapa y sus alrededores.
Día 1: El mejor café de Xalapa
Desde que llegué por la mañana a Xalapa me sentí como en casa. Dejé el coche, me instalé en un hotelito colonial en la zona centro e inmediatamente salí a buscar una buena taza de café. Caminé entre casonas y parques sin rumbo preciso y sin darme cuenta llegué a Reformanda-Barra de Café, uno de los mejores sitios para tomar café en Xalapa.
Aquí tienen café de especialidad, que se caracteriza por su calidad y sabor único. De hecho, gracias a su proceso tan selectivo y certificaciones, se produce en microlotes. El café de Reformanda proviene de distintas partes del estado, como Zongolica, Huatusco, Xico, Teocelo y por supuesto, Coatepec, y se cultiva de forma sustentable.
Tras un espectacular expreso y un buen trozo de pastel, salí a explorar la ciudad un rato más. Conocí el parque Juárez y el Ágora de la ciudad, y entré a la Pinacoteca Diego Rivera, en donde estuve un muy buen rato.
De ahí, fui a comer a la Casona del Beaterio, un popular restaurante de la ciudad conocido por su cocina veracruzana.
Mi siguiente parada fue otro café de Xalapa que me habían recomendado mucho: Expresso 58. Tiene varias sucursales en la ciudad y se conoce por la maestría con la que preparan la bebida. Me compré un delicioso capuchino para llevar y caminé de vuelta al hotel por mi auto.
De ahí, manejé al famoso Museo de Antropología de Xalapa, el segundo mejor de su tipo del país. Es un sitio fascinante, que cuenta la historia antigua de Veracruz a través de vasijas, sellos, deidades y representaciones.
Salí fascinado y para celebrar, elegí terminar el día en un lugar clásico de Veracruz: La Parroquia. Este tradicional café de Xalapa tiene más de 90 años de tradición. Su café se cosecha en fincas ubicadas en Huatusco, que dan al café gran sabor, cuerpo, aroma y acidez. Mi preparación favorita siempre ha sido el lechero, una combinación de espumosa leche y café expreso. Acompañado de una media luna, fue una cena perfecta.
Caminé de vuelta a mi hotel y me preparé para dormir, ansiando que llegara la mañana para continuar con mi viaje.
Día 2: Descubriendo el café de Coatepec
Hoy desperté muy temprano y sobre todo, muy emocionado. Tras mucho tiempo de querer ir, hoy finalmente conocería Coatepec. Desayuné riquísimo en el hotel, me subí al coche y tomé la salida al Pueblo Mágico. En poco menos de media hora de viaje, finalmente llegué.
En cuanto me bajé del coche en el centro, el aroma a café tostado me inundó. Me encantó el pueblo, con sus casas antiguas, sus parques, y su hermoso Museo Jardín de las Orquídeas. Nunca había visto tantas especies de esta flor, que por cierto, es la favorita de mi mamá.
Me compré un riquísimo pan de leña en la centenaria Panadería El Resobado y volví al camino para visitar el Museo del Café (Café-tal apan), en las afueras de Coatepec. Este museo fue creado para dar a conocer los orígenes y procesos del café, del cafetal a la taza.
El Museo tiene varios recorridos y experiencias disponibles. Yo tomé el Paquete 4, el más completo de todos. Conocí el museo del café y la sala de antigüedades, tomé un recorrido guiado por la plantación de café, y saqué algunas lindas fotos de una cascada desde un mirador. Mi parte favorita fue la cata y degustación del café, que quisiera volver a disfrutar pronto.
Luego comí y compré algunos souvenirs en la tienda, antes de partir a mi próximo destino: la Finca Roma Bola de Oro. El Café Bola de Oro es uno de los más importantes de nuestro país y tiene más de cuarenta años de presencia en el mercado.
Su finca está dedicada al arte de hacer café y es un sitio ideal para conocer el café veracruzano. En mi visita, tuve la oportunidad de explorar los cafetales y conocer su flora y fauna. En el beneficio, aprendí más acerca de los procesos de mi bebida favorita, desde cómo se despulpa hasta como se extrae.
Además, conocí más acerca de la historia y evolución de los procesos de producción de Globo de Oro y participé en una cata de café.
Feliz y satisfecho compré un kilo de café para llevar a casa y volví a Xalapa, para disfrutar de mi última noche en la Atenas Veracruzana, y quién sabe, tal vez tomarme una tacita más de café antes de dormir.