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Palacios de Viena que no puedes dejar de visitar
Conoce la capital austriaca, a través de un recorrido por algunos de los palacios de Viena más espectaculares.
Inmuebles imperiales que presumen, a través de sus bien conservados espacios, memorias de épocas de esplendor y bonanza.
Construcciones que por su valor histórico, su belleza arquitectónica o el patrimonio que albergan, son atractivos imperdibles de la ciudad.
Palacios de Viena que no puedes dejar de visitar
El gobierno en los palacios de Viena
Actualmente la presidencia de Austria tiene su sede en uno de los palacios de Viena más famosos.
Se trata del Palacio Hofburg, que es, también, de los más grandes y antiguos.
Sus secciones más viejas datan del siglo XIII y se le siguieron añadiendo nuevas construcciones hasta entrado el siglo XX.
Hoy en día aquí se encuentran alrededor de 20 construcciones rodeadas de patios, plazas y jardines.
Están desde museos hasta una Escuela Española de Equitación, pasando por un centro de congresos y la Biblioteca nacional.
Uno de los imperiales inmuebles que es más visitado e interesante es el Museo Sisí.
Allí se da cuenta del ostentoso estilo de vida de la aristocracia de ocupó los palacios de Viena antiguamente.
Se detallan, por ejemplo, algunas experiencias de la trágica vida de la emperatriz Isabel de Baviera, esposa de Francisco José I.
Esto, desde su juventud en Alemania hasta su asesinato en Ginebra.
Es curioso que siga tan presente una emperatriz a la que nunca le gustó realmente este majestuoso palacio.
Es un recorrido por 6 salas que muestran unas 20 habitaciones con decoración y mobiliario original.
En su historia, este lugar ha albergado a muchos personajes destacados, entre ellos el zar Alejandro I y Adolf Hitler.
Se cuenta que, desde sus balcones, Hitler pronunció el discurso que anunciaba la anexión de Austria a Alemania.
Por ese carácter histórico y su belleza es uno de los palacios de Viena más valiosos.
Belvedere, el más artístico de los palacios de Viena
El Belvedere es el más artístico de los palacios de Viena por una simple razón: la obra que guarda dentro.
Se trata de cuadros invaluables el pintor austriaco Gustav Klimt, creador de esa controvertida pieza llamada El Beso.
Además, es considerado como uno de los más bellos y refinados ejemplos de arquitectura barroca.
Fue construido entre 1714 y 1723 para el príncipe Eugenio de Saboya.
Y se encuentra conformado por dos edificios principales (Belvedere Alto y Belvedere Bajo).
El primero alberga el edificio principal, con impresionantes decorados en el Salón de Mármol, el hall de entrada y la capilla.
En las habitaciones se ven colecciones de pintura desde la Edad Media.
Por otro lado, el Bajo Belvedere tiene una fachada menos llamativa y expone una serie de obras de arte barroco.
Destacan la sala de los Grotescos, el Salón de los Espejos y la Galería de Mármol.
Junto a él se sitúa el edificio usado como invernadero.
Pero sin duda algo de lo más llamativo de los palacios de Viena son sus jardines.
Y el Belvedere no es la excepción a este respecto.
Sus extensos jardines son un imperdible que despierta la ensoñación de los visitantes.
Como dato histórico, se dice que en este palacio se recuperó la independencia, perdida en el Palacio de Hofburg.
Esto mediante la firma del Tratado de Estado, el 15 de mayo de 1955, que allí se llevó a cabo.
Un valor histórico que es compartido por los otros palacios de Viena, que tienen sus propias anécdotas.
Schönbrunn, de los palacios de Viena declarados Patrimonio Mundial
Este es uno de los palacios de Viena que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.
Y al verlo, en verdad resulta difícil decidir qué impresiona más de este lugar.
Pueden ser sus bellísimos jardines que le han valido el mote del “Versalles austriaco”.
De verdad que los jardines de los palacios de Viena es algo que nadie debe perderse.
O tal vez la opulencia de sus más de 1,000 habitaciones distribuidas en sus 1,200 metros de largo y 1,000 de ancho.
Fue la residencia veraniega preferida de Los Habsburgo hasta su caída, a principios de 1900.
Como muchos otros palacios de Viena que también cumplieron esta función.
Lo cierto es que el recorrido para los visitantes vale totalmente la pena.
Abarca alrededor de 40 aposentos imperiales que revelan la vida de Francisco José I y Sisí.
Espacios en los que se muestran sus objetos, muebles, cuadros y demás reliquias propias de los palacios de Viena.
Mención aparte merece la exploración a los jardines, con su laberinto y su glorieta, en lo alto de una colina.
La sorpresa es que allí se encuentra, también, el Zoo de Viena.
Un lugar con un encanto especial, que fue fundado en 1752. Se trata del zoológico más antiguo del mundo.
Sin duda alguna el más espectacular de los palacios de Viena, que no te debes perder al visitar la ciudad.