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Qué hacer en Pistoia, Italia: el secreto mejor guardado de la Toscana
En plena Toscana italiana, se encuentra una ciudad medieval de techos rojos que fue Capital Italiana de la Cultura el año pasado. Sigue leyendo para saber qué hacer en Pistoia, un destino que ofrece un sinfín de experiencias entrañables que aún se mantienen a salvo del turismo excesivo.
¿Qué ver en Pistoia?
De lo mucho que hay que ver, destaca especialmente su parte antigua, en donde la herencia romana se manifiesta en magníficas construcciones como las plazas del Domo y Della Sala los Palacios Comunal, del Obispo y Fabroni; la Catedral de san Zeno, y los pasajes subterráneos del Hospital del Ceppo, entre otras.
Otras importantes atracciones de la ciudad son las aguas termales de Montecatini y Monsummano, que se dicen curativas; y el Jardín Escultórico de la Fattoria del Cell.
En temporada de frío, la visita imperdible es a la montaña de Pistoia, que ofrece dos de los mejores resorts de esquí de Italia, que son el Abetone y el Val di Luce.
¿Qué comer en Pistoia?
Pistoia brilla por otra cualidad más: es un paraíso gastronómico. En principio, en los alrededores de la ciudad y en los poblados cercanos se producen algunas de las especialidades italianas más preciadas, como frijoles de Sorana, quesos de oveja, obleas de anís, vinos locales, y sobre todo, chocolate. La ciudad es parte del famoso “valle de chocolate de la Toscana”.
Además de la materia prima, la cucina italiana regional es incomparable, con platillos como pane insípido; sopas de col, de pan y de tomate; legumbres fritas, bistec a la florentina, lomo de cerdo a la parrilla, y postres hechos con harina de castaña. Para probarlos, te recomendamos ir a los siguientes restaurantes del centro histórico: Santopalato, I Salaioli-La Cuvé, I Salaioli, Voronoi, Ristocaffettería Voronoi, Bonadea y La Bottegaia.
¿Cómo llegar a Pistoia?
El modo más sencillo de llegar es volar a la ciudad de Pisa o a Florencia, y luego tomar un tren (entre 40 minutos y una hora) o un autobús.