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Razones para no ir a San José, Costa Rica
¿Viajas a San José, Costa Rica? Aquí te decimos si te aburrirás a muerte en esta ciudad llena de atractivos que tal vez no te interesen.
1. Si te aburres en los museos
Lo creas o no, la ciudad de San José tiene museos realmente interesantes. Entre ellos, el más popular es Museo del Oro Precolombino, que tiene una extraordinaria cantidad de piezas de oro que reflejan la visión del mundo, la sociedad y el talento artístico de las sociedades antiguas. También está el Museo Nacional, dedicado a la historia y cultura costarricense, con todo desde fósiles hasta fotografía. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos del Museo del Jade, uno de los espacios culturales más grandes del país, con salas dedicadas a la vida cotidiana del mundo prehispánico, la vida, la muerte, la indumentaria y hasta la sexualidad.
Pero qué flojera viajar en el tiempo, ¿no?
2. Si la arquitectura te da sueño
La ciudad de San José tiene una combinación de estilos arquitectónicos muy especial, en la que conviven influencias europeas neoclásicas y barrocas con construcciones de estilo más local. La joya principal es indudablemente El Teatro Nacional, el orgullo de la ciudad, construido con mármol italiano, cristal francés y maderas preciosas; en él se realizan todo tipo de eventos culturales, dancísticos y musicales. El Castillo del Moro, con su influencia árabe y sus mosaicos de Don Quijote; el Edificio de Correo y Telégrafos, hogar del Museo Filatélico; la Casa Amarilla; y el Castillo Azul, son sólo algunos otros de los preciosos edificios que embellecen las calles de la ciudad.
Claro qué, ¿quién quiere ver la gloria del pasado inmortalizado en piedra y de paso sacar espléndidas fotos?
3. Si crees que las artesanías son para tu abuelita.
Con una identidad muy especial y gran amor a su cultura, las manos mágicas de los ticos hacen preciosas artesanías como carretas miniatura pintadas a mano, delicadas piezas de joyería, artefactos de madera, coloridos textiles y mucho más. El mejor lugar para comprarlas es el Mercado de Artesanías. Para algo un poquito más elevado, date una vuelta por la galería Namu, especializada en artes indígenas y tradicionales, con una amplia variedad de magníficas máscaras, esculturas, jarrones, oro y jade.
¿Aunque, quién quisiera llevar una muestra del mágico talento local a casa?
4. Si crees que el café sabe feo
Eso sí, no esperes encontrar Mocha Blanco alto aquí.
5. Si todas las iglesias te parecen iguales
Por su pasado y su herencia colonial, en San José abundan las iglesias, que son mucho más que recintos religiosos. Son muestras del fervor y el talento de sus arquitectos y artesanos, y de la enorme fidelidad de los ticos por sus creencias. La visita obligada es a la Catedral, preciosa con su órgano, sus vitrales y su Cristo de finales del siglo XVII; un remanso de espiritualidad en el centro de una ciudad siempre activa.
Pero naturalmente, sólo vale la pena si vas a entrar a misa.
6. Si no te gusta la aventura
¿Qué pasa cuando combinas una activa capital rodeada por belleza natural, constante flujo de turismo y una gran pasión por el medioambiente? La respuesta es: ecoturismo al por mayor.
A menos de dos horas de San José encontrarás todo tipo de emocionantes actividades, que van de explorar uno de los cráteres más grandes del mundo en el volcán Poás hasta recorrer los senderos de los jardines de la paz, explorar las alturas a toda velocidad desde una tirolesa y relajarte en las aguas termales de un valle verde.
Aunque, ¿para qué arriesgarte a sentir emoción?