La Independencia de México: antecedentes, etapas y datos básicos
La Independencia de México: antecedentes, etapas y datos básicos
La Independencia de México es uno de los grandes eventos históricos que transformaron la historia de nuestro país. Fue un proceso complejo, que comenzó mucho antes del 15 de septiembre, y que no solamente tuvo que ver con las condiciones de nuestro país, sino de muchos otros. En este artículo te vamos a contar los antecedentes de la Independencia de México, las etapas que tuvo, sus personajes más importantes y qué hicieron, y mucho más.
¿Cuánto tiempo duró la Independencia de México?
Oficialmente, la Independencia de México comenzó el 16 de septiembre de 1810, con el Grito de Dolores, y terminó el 27 de septiembre de 1821. ¡El proceso duró once años!
Antecedentes y causas de la Independencia de México
La Independencia de México tuvo dos tipos de antecedentes, con factores externos y factores internos.
Los factores externos son aquellos que sucedieron en otras partes del mundo y que afectaron a la Nueva España, nombre de México durante el periodo. Los más importantes fueron:
La Ilustración
La Ilustración fue un movimiento intelectual desarrollado en Inglaterra y Europa en el siglo XVIII. Cuestionó el derecho divino de los reyes y planteó que “todos los hombres son iguales a la luz de la razón y por tanto tienen los mismos derechos”. Este modo de pensar restó autoridad a la monarquía e impulsó a la burguesía como grupo social dominante.
Sus principales exponentes fueron John Locke, Voltaire, Barón de Montesquieu y Rousseau.
La Revolución Industrial
La Revolución industrial fue una revolución tecnológica-científica que comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII, que transformó los métodos de producción con la invención de máquinas como la máquina de vapor y los telares mecánicos. Como resultado de este periodo, la industria tomó un papel mucho más importante para el crecimiento de los países más desarrollados.
La Independencia de las Trece Colonias
La Independencia de las Trece Colonias (hoy Estados Unidos) fue otro importante factor que contribuyó a la Independencia de México. Fue el primer movimiento independentista de América y se inspiró en las ideas de la Ilustración.
Fue causado por el alza de impuestos y restricciones implementadas por Gran Bretaña. Comenzó en 1765 y tras un periodo de guerra, terminó con la firma de la Paz de París en 1783.
La Revolución francesa
Uno de los grandes acontecimientos históricos de Europa, la Revolución francesa (1789-1799) fue propiciada por una grave crisis económica y las acciones de la monarquía absolutista de Luis XVI. Comenzó con la toma de la Bastilla y resultó en la creación de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, un documento que proclamó que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Consagró como derechos naturales e imprescindibles la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
La Invasión francesa a España
Al ocurrir la invasión napoleónica de España y la abdicación forzada de los reyes, los habitantes de Nueva España no tuvieron la posibilidad de participar en la defensa del reino. El cabildo de la Ciudad de México le pidió al virrey José de Iturrigaray asumir control del gobierno en 1808 y con ello, reconocer la soberanía de la nación en ausencia del rey legítimo. Esta acción fue impedida por un grupo de españoles encabezados por Gabriel del Yermo, quienes hicieron un golpe de estado, destituyeron al virrey y encarcelaron a los principales líderes del movimiento.
Luego, estuvieron los factores internos. Estos son los que sucedieron dentro del país o lo afectaron directamente. Los principales fueron:
Las Reformas Borbónicas
La llegada de la familia de Borbón a la corona española en 1700 causó una serie de cambios económicos, políticos y culturales que buscaban fortalecer la economía del país. Algunas de las consecuencias fueron la llegada de españoles peninsulares a la Nueva España (que ocuparon altos cargos antes dirigidos por criollos), aumento de beneficios a comerciantes, más impuestos para el pueblo, disminución del poder del Virrey y expansión de ideas ilustradas en la Nueva España.
El criollismo
Los criollos o españoles nacidos en América, eran considerados como españoles de segunda categoría, siempre superados por los españoles peninsulares. Por ello, desde el siglo XVII, en ellos se generó un gran patriotismo y deseo de proteger y gobernar su “patria”, la Nueva España.
Las malas condiciones del pueblo
Desde inicios del siglo XIX, en la Nueva España, hubo importantes diferencias socio-económicas y culturales. El poder estaba concentrado en un pequeño grupo de españoles peninsulares y criollos, mientras que el resto de los habitantes (mayormente mestizos, indígenas y africanos) vivían en condiciones deplorables, sufriendo de sequías, hambrunas, discriminación y desigualdad.
El inicio de la Independencia de México
Conspiraciones
La petición de soberanía negada por el virrey anterior en 1808 causó que se comenzaran a organizar reuniones secretas para obtenerla de un modo o u otro, con la justificación de preservar la Nueva España para la monarquía española.
Una de las principales fue la conjura de Valladolid en 1809 (hoy Morelia, Michoacán), encabezada por Fray Vicente de Santa María, Manuel Ruiz de Chávez, José María Michelena y José García Obeso.
Otra conspiración que propició la Independencia de México fue la de Querétaro de 1810, en casa de corregidor José Miguel Domínguez y Josefa Ortiz de Domínguez, que disfrazaban como tertulias literarias.
Su intención era constituir una junta gobernativa que tomara el poder a nombre de Fernando VII. Entre sus miembros principales estaban el clérigo José María Sánchez, los abogados Parra, Laso y Juan Nepomuceno Mier y Altamirano, Francisco Araujo, Antonio Téllez, Ignacio Gutiérrez, los hermanos Epigmenio y Emeterio González, el regidor José Ignacio de Villaseñor y Cervantes, Leona Vicario, Mariana Rodríguez del Toro y su esposo, Manuel Lazarín, el capitán Joaquín Arias, y los tenientes Francisco Lanzagorta y Baca.
Su plan era levantarse en armas el 1 de octubre, destituyendo a los españoles en los puestos del gobierno y colocando a Ignacio Allende como general y a Miguel Hidalgo y Juan Aldama como líderes del movimiento popular. Para lograrlo, prepararon un arsenal que almacenaron en Guanajuato y Querétaro.
Esta conspiración estaba ligada con una junta secreta en San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende, Guanajuato), que tenía como líder al militar Ignacio Allende y como miembros a Juan Aldama y Mariano Abasolo entre otros.
El Grito de Dolores
El 9 de septiembre, sin embargo, el empleado de correos José Galván denunció la Conspiración. Al día siguiente, el capital Juan Arias se entregó al alcalde Juan Ochoa.
A la vez, el 13 de septiembre, el comandante Ignacio García Rebolledo recibe otras denuncias y presiona al corregidor a catear las casas de Epigmenio y Emeterio González, quienes son arrestados por poseer armas.
Entre el 14 y el 15, antes de ser arrestada, la Corregidora Josefa Ortiz de Domínguez logra enviar un mensaje a los conspiradores de San Miguel el Grande. Al enterarse de la noticia, Juan Aldama viaja de San Miguel a Dolores, en donde se encontraban Hidalgo y Allende.
Se dice que la madrugada del 16 de septiembre, Hidalgo dijo: “Sí, lo he pensado bien, y veo que estamos perdidos y que no queda más recurso que ir a coger gachupines”.
Con la ayuda de ochenta presos liberados de la cárcel capturaron al gobernante local y se dirigieron al atrio de la iglesia de Dolores para hacer repicar las campanas. Ahí fue donde Hidalgo dio su famoso discurso. Explicó que la intención del movimiento era derrocar el mal gobierno y quitar del poder a los españoles que querían entregarle el reino a los franceses. Ofreció eliminar el pago de impuestos y pagarles un peso diario a quien se le uniera, reuniendo a más de 600 hombres armados con lanzas y machetes. Fue allí cuando el Padre de la Patria dijo su emblemática frase, que según Juan Aldama fue: ““¡Viva Fernando VII!, ¡viva América!, ¡viva la religión y muera el mal gobierno!”
Las etapas de la Independencia de México
Acorde a múltiples historiadores, la Independencia de México tiene cuatro etapas distintas. A continuación, un breve resumen de sus acontecimientos más importantes
Primera etapa: Inicio (1810-1811)
La primera etapa de la Independencia de México abarca desde el Grito de Dolores (el 16 de septiembre de 1810) hasta la batalla de Puente de Calderón (17 de enero de 1811).
Tras el Grito de Dolores, el movimiento avanzó por diversos puntos de la zona del Bajío. En Atotonilco tomaron el estandarte de la Virgen de Guadalupe, que se convertiría en un emblema del movimiento insurgente.
Con el paso del tiempo, se unieron más personas al movimiento, mal armados y mal entrenados, juntando alrededor de veinte mil hombres a sólo un par de semanas del Grito. El ejército tomó y en ocasiones saqueó varias ciudades de la zona, como Salamanca, Irapuato y Silao.
El 28 de septiembre, llegaron a Guanajuato, en donde ocurrió la famosa toma de la Alhóndiga de Granaditas, en la que los soldados insurgentes se enfrentaron a los realistas acuartelados en el antiguo granero, resultando no solo en la victoria de los primeros, sino en la muerte de muchos civiles.
El ejército siguió avanzando y tomando poblaciones como Valladolid y Acámbaro (Michoacán). El 30 de octubre ganaron la famosa batalla del monte de las Cruces, que resultó en la huida de varios realistas a la capital, entre ellos Agustín de Iturbide.
Con el paso de los meses, hubo varias derrotas y victorias, y la relación entre Hidalgo y Allende comenzó a complicarse por cuestiones ideológicas. Eventualmente el contingente se dividiría: Allende marchó a Guanajuato e Hidalgo a Valladolid, pero volverían a reunirse unas semanas después.
El 6 de diciembre de 1810 Hidalgo dispuso la abolición de la esclavitud en el territorio de Nueva España, uno de los grandes logros del proceso de Independencia de México.
El 17 de enero de 1811 fue la batalla de Puente de Calderón, hoy Zapotlanejo, Jalisco, en la que el ejército insurgente perdió contra el ejército insurgente.
Poco tiempo después, en la frontera de Coahuila y Texas, el cura Miguel Hidalgo, sería capturado junto a Allende, Aldama y Jiménez. Estos últimos fueron fusilados el 26 de junio, mientras que Hidalgo fue ejecutado el 30 de julio de 1811. Su cabeza junto con la de Allende y Aldama fue expuesta en la Alhóndiga de Granaditas.
Segunda etapa: Organización (1811-1815)
La segunda etapa de la Independencia de México va desde la muerte de Miguel Hidalgo (o desde el nombramiento de Ignacio López Rayón el 16 de marzo, según otras fuentes) hasta el fusilamiento de Morelos el 22 de diciembre de 1815. Durante este periodo, el movimiento independentista se reorganizó y nombró nuevos líderes. Uno de los más conocidos es José María Morelos, quien en conjunto con otros caudillos, disciplinó al ejército y le dio mayor carácter político al movimiento.
En septiembre de 1813, se convocó el Congreso de Anahuac en Chilpancingo, en donde Morelos leyó el documento “Sentimientos de la Nación”, donde declaraba la libertad de América de España o de cualquier otra monarquía, y prohibía la distinción de castas. Al día siguiente, se le nombró generalísimo de las fuerzas insurgentes y adoptó el título de “siervo de la Nación”.
También se organizó un Congreso Constituyente y se proclamó la Constitución de Apatzingán (Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana) el 22 de octubre 1814, en la que se consignó la soberanía de la nación, la división de poderes, la abolición de las castas y el reparto de la riqueza, entre otras cosas.
A la vez, en este periodo se realizaron cinco campañas, en las que la Insurgencia pasa por Morelos, Guerrero y Oaxaca, y toma gran fuerza en el sur del país.
El 5 de noviembre de 1815, Morelos fue capturado tras la Batalla de Temalaca y llevado a la Ciudad de México.
Esta etapa de la Independencia de México concluye con el fusilamiento de José Morelos y Pavón, en San Cristóbal Ecatepec, por orden del virrey de Nueva España Félix María Calleja el 22 de diciembre de 1815.
Tercera etapa: Resistencia (1815-1821)
La tercera etapa de la Independencia de México va del fusilamiento de Morelos hasta inicios de 1821, con la firma del Plan de Iguala. Tras la muerte de Morelos, el ejército Trigarante se fragmentó, generando una serie de pequeños grupos armados que no era una amenaza real para el gobierno. En España, mientras tanto, Napoleón fue derrotado y el rey volvió a su cargo, comenzando una especie de reconquista de las colonias.
El nuevo virrey de la Nueva España, Juan Ruiz de Apodaca, combatió a los insurgentes de dos modos distintos: ofreciendo amnistía a los que se rindieran y persiguiendo militarmente a los que no.
El movimiento, sin embargo, no se detuvo, dando pie a una guerra de guerrillas en algunas partes del territorio. Destacan especialmente las de Vicente Guerrero en el sur, Guadalupe Victoria en Veracruz, y Francisco Javier Mina, en la zona del Bajío.
La Constitución de Cádiz
Para este entonces, España estaba en plena crisis económica y política, en gran parte debido a la guerra de una década. A la vez, muchas minas y haciendas dejaron de producir, y por lo tanto, dejaron de pagarle diezmos a la iglesia.
En 1820, los liberales españoles lograron el restablecimiento de la Constitución de Cádiz, que establecía la supresión del fuero eclesiástico, la reducción de los diezmos, la abolición de las órdenes monásticas y la abrogación de la Inquisición.
El 12 de abril de 1820, se realizó la conspiración de La Profesa, en la que un grupo de criollos simpatizantes del régimen absolutista se reunió para impedir la divulgación de la reinstauración de la Constitución de Cádiz en España, declarando que el rey se encontraba aún sin libertad, para así establecer al virrey como gobernante de la Nueva España. El 31 de mayo, sin embargo, el virrey no tuvo más remedio que jurar la Constitución.
Debido a que varias de las estipulaciones de la Constitución iban en contra de la élite criolla de la Nueva España, especialmente de los miembros de la iglesia, los grandes comerciantes y los terratenientes, estos decidieron apoyar la causa independentista para mantener los privilegios y el control que tenían. El 8 de noviembre, Agustín de Iturbide fue nombrado comandante en Jefe de los Ejércitos del Sur, con el propósito de combatir a Vicente Guerrero, que seguía levantado en armas desde su posición en la Sierra del Sur.
Cuarta etapa: Consumación (1821)
La cuarta y última etapa de la Independencia de México cubre desde la promulgación del Plan de Iguala, el 24 de febrero de 1821, hasta la llegada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821.
A raíz de la Constitución de Cádiz y la resistencia independentista, Agustín de Iturbide (actual líder del ejército realista) decide pactar con Guerrero en el famoso Abrazo de Acatempan.
En 1821 se proclamó el Plan de Iguala (Plan de la América Septentrional), en el que Agustín de Iturbide establecía la Independencia de México, la monarquía encabezada por Fernando VII o algún otro miembro de la corona española, la religión católica y la unión de clases sociales.
Estos tres principios (religión, independencia y unión) se convertirían en las Tres Garantías del Ejército Trigarante.
Con el tiempo, el Plan fue ganando adeptos, y llevó a la firma de los Tratados de Córdoba el 24 de agosto de 1821, que señalaban que se reconocía la soberanía e independencia del Imperio Mexicano, el cual sería monárquico constitucional moderado.Se ofrecería la Corona a Fernando VII “o al que las Cortes del imperio designen”, y mientras tanto gobernaría una junta provisional.
La guerra de Independencia de México llega a su fin con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, liderado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. El contingente avanzó por la Avenida Madero hasta llegar al Zócalo.
El Virrey Juan O´Donojú hizo la entrega formal de la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821 a las tropas. Este fue el fin de la guerra.
El 28 de septiembre, Junta Provisional Gubernativa firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.