México
Leyenda de Oaxaca: la carreta de la muerte
La belleza de Oaxaca no cambia sea de día o de noche pero hay rincones con los que debes tener cuidado. En esta ocasión te contamos de la la Carreta de la Muerte.
La Leyenda cuenta que las almas penan el motivo de su muerte, y justo ésta comienza rumbo al convento de Las Capuchinas, por La Soledad, lo que hoy es la Avenida Morelos, muy cerca del templo de San José.
Comenzó a hablarse por el barrio, entre las gentes de buena fe, de un espanto que solía aparecer por el callejón de la Soledad: era un chirrido que se asemeja al de una pesada carreta que pasa sobre el empedrado de la angosta callejuela. Otros aseguraban horrorizados que se trataba de una carreta cubierta por completo con negros crespones, arrastrada por negros caballos y conducida nada menos que por la mismísima muerte cubierta con un blanco sudario.
La otra versión dice que siendo las doce de la media noche, se puede escuchar el cabalgar de un caballo, y que alguna vez, una señora quiso averiguar qué era o quién era, al salir vio un gran caballo de color negro lustroso con grandes ojos, uno de los más bellos que había visto, y sobre él una persona que le pegaba con un látigo, jalando una carreta. De la impresión la señora cayó desmayada sus familiares la ayudaron y por supuesto, nadie creía dicho suceso.
Al llegar al tercer día aquella señora sin explicación alguna, apareció muerta, con marcas en todo el cuerpo, la ropa desgarrada como si hubiera sido arrastrada por largos caminos. Al escuchar ésto toda la gente empezó a murmurar que había sido la carreta de la muerte quien se había llevado a la señora.
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La Carreta de la muerte se transmitió de boca en boca por toda Oaxaca y los trasnochadores evitaban el rumbo, la gente se metía temprano a sus hogares con las puertas atrancadas dedicándose a sus rezos, y se cuenta que el capellán del convento intentó conjurar, organizando una procesión todos los viernes llevando una imagen de Jesucristo hasta una ermita que quedaba exactamente con el número 8 de la hoy avenida Morelos, recorriendo a su paso el callejón tenebroso donde se decía aparecía el espanto.
Ni las procesiones y ruegos lograron que dejara de aparecer aquella macabra visión; los arriesgados cruzaron apuestas y muchos sufrieron desmayo y sustos, que a más de alguno le ocasionó irse a la tumba.
Si un día te encuentras por Oaxaca y eres lo suficientemente valiente te proponemos que te des una vuelta por el callejón tenebroso y desafíes a aquello que maneja la carreta.