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La leyenda de los volcanes: El Popo y el Izta

La leyenda de los volcanes

México

La leyenda de los volcanes: El Popo y el Izta

La leyenda de los volcanes: El Popo y el Izta

Conocer la leyenda de los volcanes es un básico cuando te lanzas a la aventura al Popocatépetl o al Iztaccíhuatl, tomando siempre las debidas precauciones.

Hay quienes recorren los alrededores de ambos volcanes en un fin de semana, sin adentrarse demasiado.

Pero también los que se quedan a acampar en los refugios, disfrutando de la vista.

Y están los osados viajeros que suben hasta “la cabeza” o “el pecho” del Iztaccíhuatl o La mujer dormida, llamado así en referencia a la leyenda de los volcanes, que surgió como parte de la mitología mexica. 

La leyenda de los volcanes

Si pones atención, cuando viajes a Puebla, desde lo lejos podrás observar dos majestuosos volcanes.

El Iztaccíhuatl simula a una mujer dormida, es impactante.

Y a su lado, el Popocatépetl, podría asemejar a un hombre agachado y cabizbajo, aunque para esta figura requerirás un poco más de imaginación.

Sin embargo, al conocer la leyenda de los volcanes te darás cuenta cómo la forma de ambos volcanes y su cercanía, cobran sentido.

¿De qué trata la leyenda de los volcanes?

La leyenda de los volcanes es una historia de amor que no termina de la forma más feliz pero sí, impactante, como muchas de las leyendas que México atesora.

Y aunque hay diversas versiones, todas coinciden en la cercanía de los volcanes y su majestuosidad.

Así que empecemos… 

Cuenta la leyenda de los volcanes, que en el Valle de México, vivía un poderoso emperador con espíritu guerrero, padre de la princesa Iztaccíhuatl. 

Ella estaba enamorada del valiente guerrero Popocatépetl, pero no se asusten, el padre de Iztaccíhuatl estaba contento y de acuerdo con el noviazgo (no como el padre de la pobre de Doña Ana de la leyenda del Callejón del beso).

Siendo así, los enamorados preparaban la boda, pero (en las leyendas de amor no falta el pero), el valle de México se encontraba en constantes guerras.

Y como buen guerrero, Popocatépetl fue a vencer al enemigo después de algunos meses de combate, mientras la voluptuosa Iztaccíhuatl (así la pintan en los calendarios del Zócalo) lo esperaba.

Pero como nunca faltan los envidiosos, la leyenda de los volcanes nos dice que unos guerreros infiltrados, se adelantaron a Popocatépetl para decirle al emperador que el pobre había muerto en combate.

La leyenda de los volcanes

Foto: Museo del calendario

Y aquí viene lo bueno…

Al escuchar la noticia de la supuesta muerte de su amado, Iztaccíhuatl lloró amargamente, dejó de comer y se deprimió, cayendo en un sueño profundo y nadie pudo despertarla.

Entonces, cuando Popocatépetl regresó a casa, se enteró de lo sucedido y prácticamente se robó a su novia dormida (¿les ha pasado?).

Según la Leyenda de los volcanes, nadie volvió a verlos. 

Sin embargo, al pasar los días, dos grandes volcanes surgieron de la tierra y se levantaron en el valle, lanzando fuego.

La leyenda de los volcanes termina así…

Entonces, dice la leyenda de los volcanes que el emperador, al observar ambos volcanes lanzando fuego, concluyó ante su pueblo que Iztaccíhuatl y Popocatépetl habían muerto de tristeza porque no podían estar uno sin el otro. :´(

Así que el amor los había transformado, y su corazón ardería por siempre.  (Lo cual es medio cierto, Don Goyo no deja de darnos sustos).

La leyenda de los volcanes

Foto: CONABIO

Otras versiones de la leyenda de los volcanes

Hay versiones más sangrientas de la leyenda de los volcanes, como aquella que dice que el emperador fue quien envió a la guerra al Popocatépetl ofreciendo en prenda la mano de su hija si le entregaba la cabeza sangrante del enemigo.

Pero, a su regreso, la princesa había muerto y Don Goyo llevó el cuerpo de Iztaccíhuatl al monte y fue convertido en volcán por los dioses.

Así, velaría el sueño de su amada con el fuego de su antorcha (osea, las cotidianas erupciones).

Y una leyenda de los volcanes más fatídica, cuenta que por ser la doncella más hermosa del valle, la princesa Iztaccíhuatl sería ofrecida en sacrificio a los dioses para pedir por las buenas cosechas.

Pero como el guerrero Popocatépetl no iba a permitirlo, tuvo qué robársela.

Al escapar, los guardias los persiguieron y lanzaron flechas, hiriendo a la princesa (cual Niña María en Tizoc).

Entonces Popocatépetl la llevó al campo jurándole cuidarla hasta que despertara.

Así que , ya sea que viajes en familia, con amigos o si eres muy aventado, en solitario, no dejará de impactarte la belleza de ambos gigantes y comprenderás por qué surgió la leyenda de los volcanes.

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