Para que no me olvides, Riviera Maya
Para que no me olvides, Riviera Maya
¡Hola amigas!
Desde que no vienen a verme, mis turquesas se han entristecido. Pero estoy segura de que pronto todas jugarán de nuevo y me devolverán la alegría de siempre.
Mientras todo esto pasa, con mucho cariño les he preparado una bolsita de playa con muchos regalos, para que no me olviden.
Primero les mando una cubetita, para que recuerden cuando construyeron esos hermosos castillos en mi blanca y suave arena, mientras el sol las pintaba de colores.
Se me ocurrió empacar un esnórquel, para que hagan memoria de lo increíble que fue sumergirse en los huecos azules de la tierra, como si jugaran a las escondidas sin importar el sabor del agua.
¿Recuerdan estos brazaletes? ¡Claro! Como los que les pusieron para entrar a esos bellísimos paraísos, donde la naturaleza y el hombre se hicieron compañía.
También les mando esta piedrita, como símbolo de aquél tranquilo lugar en el que mis abuelos contemplaban el mar y las estrellas en busca de respuestas.
Y como sé que el sazón de mi tierra les fascina les mando un pequeño recetario con mis mejores manjares, para que se acuerden de mí en cada bocado.
Quise enviarles también una estrellita de mar, para que no olviden cuando se empeñaron tanto en explorar mi tierra rodeada de mar.
También les mando una flor, para que siempre recuerden que la vida florece en los lugares más recónditos de la tierra.
Para terminar, les envío unas sandalias de su talla, como símbolo de esos hogares prestados en los que solían jugar sin parar y eran libres como el viento.
Recuerden que en esta tierra siempre serán recibidas con los brazos abiertos. Las quiere mucho y ansía su pronto regreso, su amiga maya…
La Riviera Maya
Los detalles de esta carta
1. La pequeña autora de esta carta inicia enviando una cubetita a sus amigas para crear castillos de arena en la playa y dejarse broncear por el sol.
Y es que la Riviera Maya es reconocida a nivel mundial por sus paisajes paradisíacos, actividades recreativas, una oferta gastronómica de grandes proporciones y la belleza inigualable de sus monumentos mayas.
2. El snorkel para sumergirse a los huecos de la tierra que la escritora de estas letras menciona, no podría simbolizar otra cosa que la variedad de cenotes que se encuentran en Riviera Maya.
Un ejemplo de diversión familiar garantizada son los cenotes de Kantun Chi en donde se reúnen 3 de estos ejemplares.
El primero, que da nombre al parque Kantun Chi, es un cenote semi abierto de agua transparente cobijado por formaciones rocosas que lo hacen muy fresco.
El cenote más grande del parque se llama Sas Ka Leen Ha, en donde se resguardan vestigios de un pequeño adoratorio maya.
También está Uch Ben Ha, un cenote a cielo abierto donde se puede snorkelear para admirar diversidad de peces de colores. Está cubierto por una espesa vegetación que protege de los rayos del sol.
3. Nuestra escritora hace recordar unos brazaletes, como los que colocan a los viajeros a la entrada de la infinidad de parques de diversiones que se encuentran en medio de la naturaleza en Riviera Maya.
Tal es el caso de los parques de Experiencias Xcaret, perfectos para promover la diversión de toda la familia.
También está Río Secreto para sumergirse entre 15 km de cavernas naturales, Punta Venado para quien gusta de practicar turismo de aventura, por mencionar solo algunos.
4. No es difícil adivinar que la piedrita que la autora envía a sus pequeñas lectoras es aquella que representa a la hermosa zona arqueológica de Tulum.
Tulum es el sitio más fotogénico de todo el país, la zona arqueológica situada sobre un acantilado frente al mar Caribe y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Castillo es su edificación más representativa, pero no puedes dejar de admirar el Templo de los Frescos, muros internos decorados con pinturas en tonos grises y azules que siguieron recibiendo las ofrendas de los pueblos vecinos hasta principios del siglo XX.
5. Un recetario también es enviado en la bolsita de playa de nuestra escritora. Éste hace referencia a la exquisita gastronomía de la Riviera Maya que va más allá de frescos ceviches y aguachiles en Playa del Carmen.
No hay que dejar de probar el pescado Tikinxic, el ceviche de callo de hacha, la salsa Xnipec (de habanero, naranja agria y cebolla morada), los tamales colados y el Dzotobichay (tortillas con hojas de plátano y pepitas de calabaza).
6. Una estrellita de mar es el pretexto perfecto para referirse a todo lo que es posible observar bajo el agua, especialmente en la Isla Contoy.
Es en este sitio en el que los Si te gusta bucear o snorkelear, lo mejor que hay que hacer en Quintana Roo es dirigirte a la pequeña Isla Contoy o Isla de los Pájaros.
Esta isla sobresale por el arrecife de coral Ixlaché, en el que puedes moverte mientras practicas snorkel y buceo.
7. Con una flor, nuestra pequeña escritora está representando a la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, en donde, como dice, la vida florece en los lugares más recónditos de la tierra.
Se trata de una de las áreas protegidas más ricas de nuestro país y la más grande del Caribe con más de medio millón de hectáreas. Es un paraíso de cenotes, playas vírgenes, dunas, lagunas y 23 sitios arqueológicos mayas.
Alberga más de 300 especies de aves y un sinfín de otras criaturas, como cocodrilos y monos.
Toma un paseo en lancha por el canal de Chunyaxché, uno de los paisajes más bellos qué ver en Quintana Roo.
8. La autora de esta carta se despide enviando a sus amigas unas sandalias de su talla para representar a los hogares prestados.
No es complicado imaginarse que está hablando de todos esos magníficos resorts en la Riviera Maya con espacios incomparables dedicados a los niños.
Hay desde competitivos kids club con completos programas para divertirse todo el día hasta grandiosos parques de diversiones dentro del hotel.
Basta asomarse a todo lo que hoteles como el Hotel Xcaret, Fairmont Mayakoba, HardRock Hotel o Barcelo Maya Palace Deluxe, para querer ser niños de nuevo.