Para que no me olvides: Valle de Bravo
Para que no me olvides: Valle de Bravo
Amigos míos,
El entusiasmo por tenerlos de vuelta dio una gran bocanada de esperanza a mi verde mañana, especialmente porque sé que volverán a mi casa justo con las lluvias veraniegas, que embellecen los bosques y cascadas, esas que treparon por la orillita a la par de sus carcajadas.
Yo estoy bien, la naturaleza bendice a esta tierra todos los días, pero me faltan ustedes para dar gracias a Dios por sus bondades.
Y para que la espera les resulte efímera, les llené de sorpresas esta mochila, en la que les mando una pluma, para que recuerden cuando sobrevolaron este cielo como aves libres pero con rumbo.
Recuerdo que al aterrizar, no querían otra cosa que descubrir todo lo que habían admirado desde el cielo, por eso les envío este espejo, símbolo del reflejo de nuestro cielo en el lago, cuando el sol aun no pintaba el atardecer de morado.
Para que no me olviden, les mando estas hojitas secas, para que tengan presentes los amaneceres en que se adentraron en la profundidad del bosque.
También reciban un cachito de nube, de cuando observaron la majestuosidad de mi magia desde las alturas.
Les mando una cruz, en memoria de la solemnidad de mis templos, que abrirán sus puertas para recibirlos de nuevo.
Y si su intención es visitarme en silencio, reciban entonces esta flor, que simboliza la templanza y la paz de nuestros corazones en una oración común.
Un farolito en papel va empacado con cuidado, es con el que adornaron los callejones en las noches de octubre para las fiestas patronales.
Y les mando un pedacito de carbón, como símbolo de una gastronomía humilde, pero exquisita.
Y también aquí les va un libro, para que se trasladen a una época en la que se clamaba amor y paz a través de la música.
Quiero verlos pronto, estas mágicas calles y estos vastos parajes llenos de vida, no son nada sin ustedes.
Los extraña su amigo bravo, Valle de Bravo
Los detalles de esta carta
1. Las cascadas de Valle de Bravo de las que habla el autor de esta carta pueden encontrarse en sitios inimaginados al internarse en el bosque.
Pero las más populares son la Cascada del Molino, Refugio del Salto y la Cascada Velo de Novia, ambas a las afueras del pueblo.
La Cascada del Molino se encuentra a pie de carretera y de camino hacia Avándaro. Es posible como dice el autor, caminar por la orillita. para subir contra corriente.
No cuenta con estacionamiento pero es posible detenerse y comprar artesanías o desayunar en el restaurante de pizzas que queda enfrente.
Por su parte, la Cascada Velo de novia es la más popular del destino y se localiza pasando Avándaro. Se alimenta del arroyo de San Juan y mide aproximadamente 35 metros de altura.
Cuenta con servicios turísticos como restaurantes, venta de artesanías y un amplio estacionamiento. Se recomienda al lector practicar senderismo en este punto para llegar hasta el lago de Valle de Bravo siguiendo el camino del río.
Y la tercer cascada, llamada Refugio del Salto, solo se puede apreciar desde el restaurante El Pueblito del Hotel Misión Grand Valle de Bravo, es una hermosa cascada que apenas deja escuchar a quienes están hablando gracias a su gran fuerza.
2. Con una pluma, nuestro autor simboliza el vuelo de las aves libres, que a su vez hace referencia sin duda, a los populares vuelos en parapente que incluso son motivo de certámenes internacionales.
Los vientos son favorables en Valle de Bravo para practicar vuelo en parapente desde la llamada Torre, localizada en la zona natural protegida Monte Alto.
Desde ahí, expertos y novatos se lanzan por los aires disfrutando el inigualable paisaje que les regala el lago a la orilla del pueblo mágico.
3. Un espejo envía nuestro amigo bravo a sus amigos para representar el Lago de Valle de Bravo (que algunos llaman La Laguna) que en realidad es la presa artificial Miguel Alemán que abarca varios municipios.
La presa se creó en 1947 como parte del Sistema Hidroeléctrico Miguel Alemán de la región hidrológica del río Balsas.
Sin embargo, el sistema hidroeléctrico ya no está en operación, pero el mecanismo es parte del Sistema Hidráulico de Cutzamala, a cargo de la Comisión Nacional del Agua se encarga de abastecer con agua potable la zona metropolitana de la Ciudad de México y Toluca.
Además de generar derrama económica al pueblo gracias al sinfín de actividades turísticas y deportivas que ofrece.
4. Las hojitas secas que envía este muchacho animoso en su carta, representan ni más ni menos esas que se pisan en el bosque al realizar senderismo en Monte Alto, el lugar favorito de los vallesanos para ejercitarse.
Monte Alto es un parque estatal, decretado así por el Gobierno del Estado de México en en 2013 para conservar los recursos naturales de Valle de Bravo.
Además de senderos señalizados para permitir que los visitantes se adentren al bosque sin peligro de perderse, cuenta con zonas establecidas para acampar y cabañas en renta en las que el frío en invierno se siente deveras.
Ahí se encuentra también la torre de lanzamiento de los parapentes y es posible realizar ciclismo de montaña o paseos en cuatrimoto.
5. Tal vez no sea posible tocar un cachito de nube desde las alturas como lo dice la carta, pero subir a la Peña en Valle de Bravo es definitivamente una actividad imperdible.
La Peña de Valle de Bravo es uno de los miradores más impresionantes del pueblo. El camino es algo sinuoso pero de poca dificultad, y las vistas panorámicas son la mejor recompensa.
Los viajeros encuentran cuevas y pequeños miradores a tu paso y aunque no es un sitio para acampar o hacer fogatas, el viaje vale la pena.
6. El autor envía una cruz en representación de los templos del pueblo, cada uno de singular belleza.
En el zócalo del pueblo, se encuentra la Parroquia de San Francisco de Asís, principal iglesia del mismo en donde se celebra una gran fiesta patronal.
Destacan sus bellos vitrales y sus obras escultóricas del siglo XVII, además de que es el templo más alto del Estado de México.
Su construcción empezó en 1880 para finalizarse hasta 1994.
Y otra bella construcción eclesiástica se encuentra en el barrio Santa María Ahuacatlán, muy cerca del lago.
El Templo del Señor de Santa Maria Ahuacatlán antes llamado Capilla del Calvario, se reconstruyó en 1864.
En su interior destaca el venerado Cristo Negro, que encierra numerosas leyendas y que pueden conocerse en cuatro gigantescos lienzos por Phillippa, y se aprecian en el templo.
Su gran fiesta alborota totalmente al pueblo y se lleva a cabo los primeros días de mayo.
7. Con una flor de loto, nuestro escritor simboliza la Gran Stupa Bon o Stupa de la paz que se encuentra en las inmediaciones del bosque en el municipio cercano de Acatitlán al que no es posible llegar a pie.
Es ideal para quienes buscan un momento de meditación en medio de la naturaleza. Los domingos a las 12 del día podrás meditar en un espacio en medio del bosque con la guía de un monje tibetano.
La Stupa para La Paz Mundial se encuentra a unos 40 minutos del centro de Valle de Bravo y es la más grande del mundo occidental, con una altura de 36 metros.
8. Anteriormente nos referimos a la Parroquia de San Francisco de Asís y el autor vuelve a referirse a este templo indirectamente al hablar de su fiesta patronal pero esto tiene una razón.
Resulta que cada año en el mes de octubre se realiza la fiesta en honor al santo,con un magnífico evento que incluye danzas tradicionales de los concheros y moros, mojigangas, fuegos artificiales, yuntas adornadas y una gran verbena popular.
También se realiza el Desfile de los locos, en el que hombres van vestidos de mujer y viceversa entre música y cantos.
Pero lo más lindo de esta fiesta es la tradición de los farolitos, ya que meses antes de la fiesta, tanto en las escuelas como en las casas y talleres artesanales, las personas de todas las edades fabrican farolitos artesanales con papel y aros de madera y los cuelgan fuera de sus puertas.
9. La variedad y opciones gastronómicas para comer en Valle de Bravo es sencilla pero infinita, por eso a nuestro autor le es más sencillo enviar el pedacito de carbón para el anafre.
Valle de Bravo está lleno de restaurantes y fonditas o puestos callejeros para todos los gustos y bolsillos, es cuestión de fijarse en dónde se junta más gente.
Algunos de los platillos tradicionales del pueblo son la Cecina vallesana, acompañada de crema agria y frijolitos, así como las alcachofas al gratín, los tacos de carne asada y los esquites con camarones.
Para el postre no pueden faltar los churros rellenos y por supuesto, los exquisitos tamales canarios, preparados con mantequilla.
10. Durante los años 60s se clamaba amor y paz en el mundo a través de la música entre otras cosas, es por eso que el escritor manda un libro a sus amigos, pero no cualquier libro.
En mayo de 2019 en la Feria del Libro de Valle de Bravo se presentó el ejemplar Yo estuve en Avándaro de Federico Rubli y fotografías de Graciela Iturbide.
El cual narra a través de historias e imágenes lo que realmente sucedió aquellos 11 y 12 de septiembre de 1971 cerca del hoy Club de Golf de Avándaro, a unos 5 km del pueblo de Valle de Bravo.
Este evento de bandas de rock se calificó como uno sin precedentes en la historia de México, pero también sufrió represalias del gobierno debido a lo alocada que puede ser la mezcla entre amor, paz. rock y marihuana.