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Dicen “No” al tren Maya

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La construcción precipitada de este proyecto atenta a la salud de los ecosistemas y su biodiversidad, a la conservación de la fauna, de los mantos acuíferos que son fundamentales para el atractivo turístico y para la naturaleza.

El derecho a disfrutar de un medio ambiente sano se relaciona con la responsabilidad de proteger nuestros recursos naturales.

El derecho al medio ambiente se instituyó en el texto del artículo 4 constitucional en 1999, estableciendo que: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”.

Bajo estos lineamientos las Organizaciones de la Sociedad Civil dicen “NO” al Tren Maya y fijan su postura.

Estos son los hechos:

• En 2018, se anunció el proyecto llamado “Tren Maya”, el cual plantea la construcción de infraestructura vial y ferroviaria como motor del desarrollo inmobiliario, comercial y turístico de la Península de Yucatán.

• El proyecto consiste en la construcción de mil 460 kilómetros de ferrocarril, varias estaciones de ferrocarril, infraestructura vial, acueductos y nuevos centros de población y polos de desarrollo. 

• La zona sobre la cual se realizará la obra comprende más de 50 municipios y 5 estados del sureste de la República Mexicana (Chiapas, Tabasco, Yucatán, Campeche y Quintana Roo), donde viven actualmente diversos grupos originarios (pueblos nación); y es una de las zonas más biodiversas del mundo, es el segundo pulmón forestal más extenso de América Latina después de la Amazonia.

• La implementación y construcción del proyecto ha generado diversas violaciones a los derechos humanos como a la autonomía, al territorio, al acceso tradicional a los recursos naturales, al medio ambiente sano, a la información, a la consulta y demás derechos vinculados.

• La Oficina en México del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha calificado como negativo el proceso de consulta indígena del Tren Maya, al considerar que no cumplía con lo establecido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

No al Tren Maya y piden al presidente de la República Mexicana que detenga por completo los planes de construcción sobre las cuevas y cenotes de Quintana Roo.

Ante estos hechos, manifestamos nuestra preocupación específicamente en el tramo 5 Norte y Sur debido a que el nuevo trazo particularmente tendrá graves efectos como:

1.- Fragmentación del territorio: Las obras propuestas acrecentarán la fragmentación y la pérdida de conectividad ecológica entre las áreas de conservación, favoreciendo la reducción de la cobertura boscosa, el aislamiento de las poblaciones de flora y fauna, la interrupción de los corredores biológicos, el cambio de microclimas y la transformación del hábitat. El derecho de vía para una obra como la que se pretende construir, determina la remoción de una inmensa cantidad de vegetación primaria y secundaria que hoy da albergue a cientos y probablemente miles de especies que ya enfrentan graves riesgos de extinción. El impacto de esta franja de deforestación será muy grave y no hay forma de mitigarla.

2.- Agotamiento y contaminación del acuífero de la Península de Yucatán: El tramo 5 sur que comprende de Playa del Carmen -Tulum pasará encima o aguas arriba de varios sistemas de cuevas como; Sac Mul, Angry Wasp, Pixan Bel, Pool Tunich, Jaguar Paw, Chango Mistico, Ponderosa, Minotauro, Oxbel Ha, Sac Actun, Dos Ojos y Xunan Ha. Entre los sistemas mencionados se encuentran las dos cuevas semi-inundadas más extensas de la Península de Yucatán y el sistema de cuevas inundadas más extenso del mundo. En total Quintana Roo Speleological Survey reporta que se han mapeado más de 1650 km de cuevas inundadas y de 360 km de cuevas semi-inundadas. Sin embargo,

de acuerdo con expertos estos sistemas de cuevas son solo una característica visible que puede representar solamente el 10% de una red de conductos interconectados que transportan y almacenan el agua dulce que sustenta toda la vida, los escosistemas y las actividades turísticas de la región. Es decir, esta zona aguas abajo del sitio preliminar en donde se planea construir el tramo 5, es una inmensa reserva de agua dulce y prístina que mantiene un equilibrio ecológico e hidrogeológico y que a su vez sustenta importantes ecosistemas como los humedales y el arrecife mesoamericano los  cuales son sumideros de carbono. Las implicaciones de construir un tren sobre o aguas arriba de un terreno kárstico, son los inminentes colapsos, la posible contaminación y degradación irremediable de este acuífero.

3.- Extinción de flora y fauna: El proyecto del Tren Maya impactará en forma negativa al causar una  total deforestación, ya que tan solo este tramo que comprende 120 kms entre Cancún y Tulum se  talarán árboles de diversas especies como el árbol de ramón, cedro, ciricote, chico zapote, ceibas,  caobas, distintas especies de palmas y vegetación asociada a humedales provocando la  fragmentación y la pérdida de hábitat a especies prioritarias para la conservación y en peligro de  extinción como el jaguar cuya distribución se divide en zonas llamadas ARCJ (áreas regionales para  la conservación del jaguar) como el corredor Yum Balam – Sian Ka´an y un gran número de ejidos  que forman parte de las selvas de Quintana Roo. Se afectará a distintas especies de reptiles como  tortugas, iguanas, serpientes y cocodrilos. Muchas especies de murciélagos se verán afectadas así  como aves residentes y migratorias, entre otras que están catalogadas como amenazadas, sujetas a  protección especial o en peligro de extinción por diversas normas. Entre los efectos más comunes de  la infraestructura ferroviaria se encuentran los atropellamientos de fauna y el efecto de barrera, en  virtud de los cuáles, los ecosistemas pierden conectividad. Se ha comentado la posibilidad de construir  pasos de fauna para mitigar el impacto de la fragmentación y los impactos del paso del tren. Por la  complejidad del ecosistema y los altísimos riesgos de extinción que enfrentan especies como tapires,  jaguares y monos, y por las particularidades de la biología de especies como los jabalíes de labios  blancos y otros. La mayoría de los pasos de fauna que se deberían construir deberían ser pasos  elevados, muy anchos (de más de 50 m de largo), y poblados con vegetación densa, que además  deberían estar asociados a estudios biológicos y topográficos para entender las necesidades de  conectividad de las especies mencionadas y muchas otras. A la fecha no hemos visto ningún indicio  de que efectivamente se esté contemplando la construcción de los múltiples pasos de fauna elevados  necesarios para salvaguardar a esas especies y sin poder conocer en detalle su ubicación y sus  características no podemos estar de acuerdo con la continuación de este proyecto.

4.- Generación de residuos: La Península de Yucatán no tiene un sistema de recolección de residuos  capilar, sino que en muchos municipios los habitantes queman los residuos al aire libre. Asimismo, no  cuenta con un sistema de alcantarillado eficiente y en funcionamiento en todos los municipios, siendo  las descargas de aguas residuales uno de los principales problemas de contaminación del agua  subterránea en la península de Yucatán. El Tren Maya y las obras conexas no solamente producirán  residuos en su construcción, sino que en su funcionamiento pretenden desplazar millones de turistas  y otras miles de personas que generaran más residuos.

5.- Materiales para construcción: Para la construcción del Tren Maya se necesitarán grandes  cantidades de material pétreo, eso tambien generará un impacto negativo en las zonas donde se  encuentren las canteras de donde éste material sea extraído, lo cual probablemente sea en sitios  locales. 

Exhortamos al señor Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a que, en línea con sus políticas  declaradas de transparencia, honestidad, y apego a la ley, y dadas la evidente fragilidad y riqueza natural  del tramo 5 Norte y Sur de la obra se apegue a las leyes vigentes que determinan la realización de una  consulta previa e informada con los pueblos y comunidades originarias que serán afectados, de  conformidad con el convenio 169 de la OIT y la obtención de su consentimiento explícito, tanto como las  manifestaciones de impacto ambiental de todo el territorio comprendido en el proyecto, y que el trazo sea  planeado tomando como base los factores descritos en este manifiesto, y no solamente factores abióticos o  económicos. La base para un crecimiento sustentable de la Península de Yucatán debe estar firmemente enraizada en el respeto al medio ambiente, el cuidado del acuífero, elemento crucial en la Península, y la  protección de la riqueza sociocultural y de toda la biodiversidad.

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