Aprende todo sobre las Barrancas del Cobre con Aula 4.0
Aprende todo sobre las Barrancas del Cobre con Aula 4.0
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En estos días inusuales, Travel Shop Operadora lanzó la campaña #FortaleciendonosConTravelShop, una iniciativa que convoca, diariamente, a los agentes de viaje a refrescar sus conocimientos a través de sus mejores transmisiones de Aula 4.0.
En esta primera edición, el director general de la compañía, Miguel Galicia, acompañado de Bonifacio López, representante de Chihuahua, muestran los principales atractivos de las Barrancas del Cobre, uno de los sistemas de cañones más grandes e imponentes del mundo.
La transmisión, además de estar disponible en la plataforma Aula 4.0, es posible verla en el Facebook de Travel Shop.
Recorrido a bordo del Chepe
El tren Chihuahua-Pacífico, mejor conocido como Chepe, es el único tren de pasajeros en México que opera con regularidad. Desde el 2018, hay dos tipos de trenes el Chepe Regional y el Chepe Express. Ambos, atraviesan los más abrupto de la Sierra Madre Occidental, pero el servicio, tiempo, número de paradas y costos son distintos.
Los dos trenes permiten admirar, ya sea desde la cima o desde sus profundidades, las Barrancas del Cobre, que constituyen uno de los sistemas de cañones más grandes e imponentes del mundo.
A lo largo del recorrido se alcanzan diferentes altitudes, que van de los 100 a los 2,400 metros a nivel del mar.
El Chepe Regional, recorre 653 kilómetros, ya que une la ciudad de Chihuahua con Los Mochis, Sinaloa o viceversa. Cuenta con una salida diaria a las 6 de la mañana y hace 12 paradas.
El tren tiene de 4 a 7 vagones para 64 pasajeros y comedor con menú a la carta.
Mientras que el Chepe Express, que ofrece un servicio de lujo, recorre alrededor de 350 kilómetros y une el poblado de Creel con Los Mochis. También cuenta con salidas diarias, pero a las 7:30 de la mañana tanto de Creel como de Los Mochis. A diferencia del regional, el Chepe Express solo hace cuatro paradas
Este tren está integrado por 6 carros de pasajeros, un carro bar, el restaurante Urike y una terraza, con una capacidad total para transportar a 340 personas.
Con ambos trenes podrás adentrarte por las profundidades de este sistema de cañones y admirar increíbles paisajes.
Los menonitas de Cuauhtémoc
Ciudad Cuauhtémoc, primera parada del recorrido, es famosa, entre otras cosas, por el sabor de sus quesos y cremas, que son fabricados por las manos expertas de la comunidad menonita más grande del mundo que aquí radica.
Es todo un descubrimiento convivir con este grupo de granjeros de ascendencia alemana con tradiciones religiosas muy arraigadas y diametralmente distintas a cualquier otra región del país.
Creel y sus bellos alrededores
Este pueblo mágico, ubicado en el municipio de Bocoyna, es considerado la puerta de entrada de las Barrancas del Cobre y es la parte más alta de la Sierra Madre Occidental.
Si bien, este poblado ferrocarrilero por si solo amerita una vista, pues su ambiente relajado, sus acogedores hoteles y su orgullo por la cultura rarámuri fácilmente te conquistarán.
Aunque, quizás, su principal atractivo es que se encuentra rodeado de imponentes parajes naturales que por su belleza casi inexplicable son de los lugares que tienes que ver en las Barrancas del Cobre.
Desde Creel puedes hacer un tour, en cuatrimotos, a caballo o en bicicleta de montaña, por los valles de los Hongos, de las Ranas y de los Monjes. En los tres sitios, las rocas de formas caprichosas desafían a la gravedad y las alturas. Sin duda, es una de las cosas que tienes que ver en las Barrancas del Cobre.
Desde Creel es posible visitar el Cañón de Batopilas y la Cascada piedra volada.
También sobresalen las aguas termales de Recowata y la Cascada de Basaseachi, así como muchos otros atractivos naturales.
Explorar el Lago Arareko
Muy cerca de Creel, también está el Lago de Arareko que se extiende cerca de 40 hectáreas y está rodeado de bosques de pino y encino. Es posible realizar recorridos en balsa y kayak.
Alrededor del lago hay algunas cabañas, ideales para pasar una noche en medio de la naturaleza.
Otro de los sitios que hay que ver en las Barrancas del Cobre es la Misión de San Ignacio Arareko, una rústica construcción en medio de la nada y los valles de las extrañas formaciones rocosas, pero que aun así es el centro de reunión y celebraciones rarámuri.
Dormir en el Hotel Divisadero Barrancas
Otra de las paradas imperdibles es Divisadero que ofrece una de las mejores vistas de las Barrancas del Cobre.
Además, ahí se encuentra el Hotel Divisadero Barrancas, un alojamiento de ensueño que, por sus impresionantes panorámicas, buen servicio y perfecta ubicación, saliendo casi de la estación del tren, es la mejor opción de hospedaje en las Barrancas del Cobre.
Por cierto, afuera de la estación del tren hay un pequeño corredor gastronómico con delicias locales.
También ahí se encuentra uno de los atractivos únicos de las Barrancas del Cobre, el Mirador Piedra Volada. Si no le tienes miedo a las alturas, atrévete a subirte en una piedra que se mueve y tómate una foto con las manos en alto.
Parque de Aventura Barrancas del Cobre
Ubicado en la estación Divisadero este parque en medio de las Barrancas del Cobre cuenta con diferentes atractivos para los amantes de la adrenalina.
Los más aventureros pueden deslizarse por un circuito de tirolesas, que incluye 7 saltos y 2 puentes colgantes. El trayecto en el aire es de 5 kilómetros y se alcanza una velocidad máxima de hasta 110 kilómetros por hora.
Una de las mejores y más impresionantes panorámicas que tienes que ver en las Barrancas del Cobre es la que ofrece el teleférico.
El recorrido que dura aproximadamente 10 minutos hasta la Mesa de Bacajipare, te dejará sin aliento, pues verás la magnificencia de este sistema de cañones.
Desde el mirador Bacajipare admirarás la unión de la Barranca del Cobre, la Barranca Tararecua y la Barranca de Urique, esta última la más profunda con 1,879 metros.
Aprovecha para tomar un tour con los rarámuri que te adentrarán por lugares inhóspitos de las Barrancas del Cobre.
No te preocupes por cuánto cuesta ir a las Barrancas del Cobre y realizar uno de estos recorridos, ya que los precios siempre están por debajo de los 100 pesos por persona.
Otro de los grandes atractivos del parque es el Ziprider, considera la tirolesa
más grande del mundo con una longitud de 2,530 metros. Además, es posible alcanzar una velocidad de hasta 135 kilómetros por hora.
Seguro te estás preguntando, cuánto cuesta ir a las Barrancas y deslizarte en el Ziprider. El precio es de 1,000 pesos por persona.
Cerocahui
A una hora de la estación del tren Bahuichivo, se localiza Cerocahui, un pequeño poblado donde reina la tranquilidad.
El principal atractivo del lugar es el internado de niñas rarámuris o tarahumaras.
Es posible contratar un tour para ingresar al sitio y convivir con las pequeñas. Te sorprenderá lo encantadoras que son y lo contentas que se ponen cuando se toman fotos con los viajeros.
Cerocahui, también es el punto de partida para visitar el Cañón de Urique, el más grande de la ruta, con 1,879 metros de profundidad.
Visitar el pueblo mágico El Fuerte
La llegada del tren a este pueblo mágico avisa que se ha dejado a tras el estado de Chihuahua y que ahora son tierras sinaloenses.
El Fuerte cuenta con múltiples bellezas arquitectónicas que exponen la riqueza de su pasado. Destacan el Palacio Municipal, el Palacio de las Armas y la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.
Además, es escenario de diversos circuitos cinegéticos y al cauce del río que lleva su mismo nombre también se pueden admirar pinturas rupestres.
Es muy recomendable recorrer su malecón por las mañanas pues podrás admirar cientos de aves.
Por cierto, cuenta la leyenda que este poblado fue cuna del épico personaje de El Zorro.
Vale la pena hospedarse en alguna de sus antiguas mansiones, actualmente convertidas en preciosos hoteles.
El recorrido que termina en el mar
Los Mochis es el punto donde termina el recorrido en tren y empiezan los atractivos que tiene que ver con el mar. Desde una visita a la bahía de Topolobampo en esta ciudad, hasta asolearse en la playa más famosa de Sinaloa: Mazatlán.
Sólo resta entregarse a las caricias del sol y disfrutar del ambiente cultural y la gastronomía de este lugar.
Así concluye un recorrido lleno de nostalgia, adrenalina y diversión, donde el pasado es el activo más importante para hacer que los turistas quieran volver.